Acabando con diez años de sequía, Los Angeles Galaxy derrotó este sábado 2-1 al New York Red Bulls en la final de la liga norteamericana (MLS) y alzó el sexto trofeo de su historia.
El equipo angelino, que jugaba como local, se impuso con goles del ghanés Joseph Paintsil en el minuto 9, a pase del uruguayo Gastón Brugman, y del serbio Dejan Joveljić en el 13, mientras el estadounidense Sean Nealis descontó para los visitantes en el 28. El salvadoreño Eriq Zavaleta, que es parte del equipo, estuvo entre los suplentes pero no ingresó.
El Galaxy, que agranda su condición de franquicia más laureada de la MLS, completó su resurrección en unos playoffs en los que el Inter Miami de Lionel Messi fue eliminado en la primera ronda.
La franquicia angelina, que el año pasado se quedó fuera de los playoffs, se sobrepuso a la baja de su actual líder, el español Riqui Puig, para apoderarse de su primer trofeo desde 2014.
A Puig, el talentoso mediapunta formado en el Barcelona, se le diagnosticó una lesión grave de rodilla después de que en las semifinales jugara lesionado durante más de media hora y diera el pase del gol del triunfo.
Paintsil y Joveljić le dedicaron los goles alzando el uniforme con el número 10 del español.
Red Bulls, que tampoco pudo inaugurar su vitrina en su segunda final perdida, sufrió también la baja clave del defensa colombiano Andrés Reyes, que se cayó del once inicial por un problema en el calentamiento.
Las gradas del Dignity Health Sports Park (Carson, California), abarrotadas con 26.812 espectadores festejaron a lo grande el primer título del Galaxy desde los días de gloria de la pasada década, en la que fundaron una dinastía con ídolos como David Beckham, Robbie Keane y Landon Donovan.
Desde entonces se quedó muy lejos de la final pese a las contrataciones de figuras como Zlatan Ibrahimovic, Steven Gerrard o Javier 'Chicharito' Hernández.
Tras la travesía en el desierto ahora suma un nuevo trofeo a los de 2002, 2005, 2011, 2012, 2014, y agranda su ventaja con el DC United, que logró cuatro títulos en los 29 años de historia de la MLS.
- Segunda final perdida de Red Bulls -
La final comenzó con una sorpresa en la alineación, con el uruguayo Gastón Brugman como relevo de Puig en lugar del veterano volante alemán Marco Reus, la exestrella del Borussia Dortmund.
Brugman no tardó en sacarse de la chistera una fabulosa asistencia al estilo Riqui Puig para el temprano primer gol local.
El ex mediocampista del Empoli y Oviedo recibió la pelota entre líneas y filtró un delicioso pase a la llegada de Paintsil, que anotó por debajo del cuerpo del brasileño Carlos Coronel.
A la zaga neoyorquina le costó adaptarse a la baja de última hora del colombiano Reyes y sólo cuatro minutos concedió todas las facilidades para que el serbio Joveljić avanzara sin oposición hasta el área y convirtiera el 2-0.
Riqui Puig, homenajeado por sus compañeros en las celebraciones, sonreía y agradecía desde la grada.
El Galaxy siguió creando peligro especialmente con las internadas por la derecha del extremo brasileño Gabriel Pec, el mejor fichaje del año en la MLS.
La reacción de los visitantes llegó a través de la amenaza aérea. El sueco Emil Forsberg, la figura del equipo, pateó un córner que, tras varios rebotes, fue a parar al defensa Sean Nealis, que controló con el pecho y remató a la red.
En la segunda mitad, los visitantes tomaron el control de la pelota pero el Galaxy estuvo cerca de hacerle pagar los espacios que dejó en la retaguardia.
Forsberg tuvo en sus botas la gran ocasión de Red Bulls para empatar al disparar al palo en un contragolpe en el 72.
El equipo neoyorquino, invitado sorpresa a esta final como séptimo sembrado de la Conferencia Este, ya había perdido en este mismo escenario el duelo por el título de 2008 frente a Columbus Crew.