La deuda de pensiones cerró en $10,876.81 millones a junio de 2025 luego de una emisión total de $2,482.05 millones en nuevos certificados estatales que han sido adquiridos por las Administradoras de Fondos para Pensiones (AFP) después de la reforma aprobada en 2022 y vigente a partir de 2023.

Según el Banco Central de Reserva, la deuda estatal con los fondos de pensiones heredada de años anteriores, antes de reforma, asciende a $8,394.77 millones. Su monto no ha variado desde la reforma de 2022, gracias a un acuerdo entre el gobierno y las AFP para congelar por cuatro años las amortizaciones de intereses o capital de dicha deuda.

La reforma de 2022 facultó al Instituto Salvadoreño de Pensiones (ISP), que antes era el Instituto Nacional de Pensiones de los Empleados Públicos (INPEP), a que emitiera Certificados de Obligaciones Previsionales (COP).

La deuda anterior fue emitida a través de Certificados de Inversión Previsional (CIP) que eran emitidos por el extinto Fideicomiso de Obligaciones Previsionales (FOP) a tasas menores de rendimiento.



El gobierno realizará una nueva reforma de pensiones a la luz del acuerdo de financiamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El acuerdo con el FMI busca una financiación adecuada del sistema de pensiones, la reducción de la dependencia estatal de los fondos de pensiones, la diversificación de las inversiones de los ahorros de los trabajadores cotizantes en las AFP y también buscan la contención de los costos fiscales asociados a la reforma de 2022.

Está prevista la publicación de un informe actuarial para septiembre, la publicación de una propuesta de reforma de pensiones para el 10 de febrero de 2026 y la aplicación de la reofrma “a mediados de 2026” con las recomendaciones del FMI.

El FMI mantiene vigente la negociación del Servicio Ampliado del Fondo (SAF) que incluye un financiamiento gradual de $1,400 millones y que en el fondo busca lograr una estabilidad financiera de El Salvador.