La Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) recibió el miércoles el premio "Por el derecho a defender derechos" entregado por las organizaciones Mesa por el derecho a defender derechos, Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT), Fundación Acceso y la Embajada de Francia en El Salvador.
La placa del reconocimiento dice que el premio es entregado a la APES por "su labor de acompañamiento, promoción y defensa de los derechos humanos en El Salvador". Asimismo, reza en la placa que el premio es entregado para llenar "de esperanza" y que sostenga y acompañe "su labor".
La Asociación escribió en sus redes sociales que recibe este premio con "el fiel compromiso de seguir acompañando a periodistas" salvadoreños que "cada día enfrentan riesgos por su labor" en un "contexto desafiante para quienes ejercen y defienden la libertad de prensa".
"En un contexto desafiante para quienes ejercen y defienden la libertad de prensa, la APES recibe este reconocimiento con el firme compromiso de seguir acompañando a periodistas que cada día enfrentan riesgos por su labor". Asociación de Periodistas de El Salvador.
Además, la APES dijo que este reconocimiento les "impulsa a seguir trabajando con más fuerza y más unidad" para lograr que "el periodismo libre continúe siendo un servicio al bien común".
A inicios del mes pasado, la APES anunció que trasladaba su personería jurídica hacia otro país de la región debido a presiones y limitaciones de normativas vigentes como la Ley de Agentes Extranjeros. La APES denunció "obstáculos persistentes y sin justificación" en el Registro de Asociaciones del Ministerio de Gobernación.
Asimismo, la organización anunció en ese momento que cerró sus oficinas en Santa Elena y que se encontraba liquidando proyectos financiados por la cooperación internacional. La Ley de Agentes Extranjeros exige el pago del 30 % de las donaciones del exterior como impuesto a organizaciones que desarrollan actividades políticas.
La APES reportó que entre enero y junio de 2025 al menos 43 periodistas salvadoreños abandonaron el país debido a presiones y temores de posibles capturas por publicaciones periodísticas. La mayoría de los exiliados trabajan para medios independientes.
