Trump, cuando fue presidente en su primer mandato no sabía lo que tenía que hacer. Ahora, los “tanques de pensamiento” de la derecha tecnológica han diseñado un plan para alejar a los Estados Unidos de su ruta habitual y someter a la prueba de lealtad a todo el mundo.



El que en quince días, haya roto con Canadá, México y China. Y mostrado su músculo a Panamá y sometido a su autoridad a Petro de Colombia y torcido el brazo de Maduro, el que solo bastó que le pidiera y corrió a entregarle los presos estadounidenses, es inaudito. Panamá, es un hueso más duro que roer, porque está por medio los restos de cierta vergüenza latinoamericano. Y los intereses de la comunidad mundial que empezará a poner en duda la eficacia de los contratos y el respeto de la voluntad de los contratantes. Rusia, puede revisar la venta de Alaska, Francia y España, la Florida. Solo para mencionar algunos casos.

Se equivoca María Elvira Salazar, al llamar a Trump “nuevo Sherif”. Trump es el “matón” que irrumpe en el pueblo semidormido y echa a correr al juez y al sheriff, porque allí solo puede mandar un jefe.



A la presidencia le ha dado una dimensión imperial y de arrogancia manifiesta que los fundadores nunca creyeron que alguien podría atreverse jamás. Trump, en solo dos semanas-- con sus emotivas decisiones-- ha estirado la cuerda y empujado el modelo de los Estados Unidos, cada vez más hacia la derecha, totalitaria y fascista.

El vicepresidente Vance, durante la pasada campaña electoral, comparó a Trump con Hitler. Para Trump solo los blancos arios, tienen derecho gobernar el mundo. El resto de los ciudadanos son una escoria que amenaza la integridad de la blanca quietud de los Estados Unidos. Ahora, hay que esperar que hace con la Unión Europea que le mira con cautela. Esta le ha prometido a la presidente de Dinamarca, respaldo militar en el caso que Trump se atreva a invadir a Groenlandia.

Trump aparentemente solo a dos políticos respeta: Putin y King-- Jon de Corea del Norte implicados en la guerra contra Ucrania. Y a Musk. Aunque había anunciado que terminaría la guerra en tres días, no ha movido ficha. Pero de acuerdo a sus tesis, lo que cabe es entregar el territorio de Ucrania ocupado por Rusia y ¡Santas Pascuas!. Un triunfo de Putin daña a la UE y favorece a China. Y ello puede debilitar las pocas alianzas militares que le quedan a Estados Unidos.

Los fundadores diseñaron un Congreso para controlar a un político de extrema derecha, que cree en sus mentiras y que, menosprecia toda la tradición de compromisos de los Estados Unidos con la paz mundial. El Congreso tiene que frenarlo urgentemente. También los partidos, los sindicatos y la clase media para impedir un dictador desquiciado en la Casa Blanca. Por más respaldo que hoy le dispense el electorado

Trump es el fajador que muestra al adversario la silla que le romperá en la cabeza, lo chantajea y lo somete vociferante. Hasta ahora, solo Mulino de Panamá que le ha dicho que no. Los otros han bajado la cola. Una guerra comercial como la que ha iniciado contra México y Canadá es estúpida. Solo China sale ganando. La DeepepSeek preocupa porque es posible que los chips usados, sean de alta gama que encontraron en el mercado negro. Su irrupción inquieta.

Además, China ha respondido con aranceles contra productos estadounidense y amenaza con ir a la OMC. Mientras tanto, las bolsas caen. El oro viaja desde Londres a New York. Europa, cierra los puños. Y Elon Musk, anda suelto. Endemoniado.

• Juan Ramón Martínez es académico hondureño