Sonar la campana tiene bastantes significados, uno de ellos que recuerdo es en la escuela “José Martí” en Tacuba, Ahuachapán, en ese centro de estudios tocaban la campana para ir al recreo y para entrar a clases. Se respetaban las campanadas. Era como una alarma que sonaba y teníamos que salir aprisa a poner atención en las aulas. Cada sonido de las campanas en la iglesia Católica tiene un significado diferente, ya sea: bodas, funerales, el Ángelus, convocatoria para ir a misa, etc. En otro contexto, para otras religiones son otros significados.

Quien vive cerca de una iglesia está siempre escuchando el repicar de las campanas. Su llamado es porque pronto iniciará la misa, son tres avisos, el tercero es porque la misa ya empezó. Además, los dobles de la campana avisan que alguien del pueblo ha fallecido. Eso nos hace recordar el nombre del libro “Por quién doblan las campanas” de Ernest Hemingway. Parafraseando al poeta John Donne, se interpreta que las campanas pueden sonar para uno mismo o para un desconocido en el pueblo: “Nunca envíes a saber por quién doblan las campanas; dobla por ti”. Las campanas pueden doblar por el campesino, por el obrero, por el empresario, por el rico, por el pobre, por el malo o por el bueno. Por aquel soldado que perdió la vida en una guerra.

Cuando era pequeño, una tía política me invitó a ir a un convento. Era un niño travieso, así como muchos. Esa tarde vi en el convento una campana, y yo la agarré de su cuerda y la toqué fuertemente. Al momento llegaron todas las monjas. Me regañaron por haber tocado la campana.

Es emocionante ver a niños y adultos que tocan la campana en un hospital por haber vencido el cáncer. Fue un duro tratamiento lleno de quimioterapias, traumas, llantos y mucha fe. Es emocionante ver, especialmente a niños, a quienes los doctores le hacen el pasillo para que vaya a tocar la campana. Los doctores, enfermeras y demás personal le rinden un homenaje al paciente que venció esa enfermedad. Con muchas fuerzas el paciente toma la cuerda de la campana y en todo el hospital se escuchan los sonidos.

A veces se necesita que a los seres humanos les suene la campana, para que reflexionen y cambien de actitud. Es como un aviso para que sepa que la vida es efímera y debemos estar atentos a que no nos suene la campana. Para otros, sonar la campana en la casa es que haya abundancia. Sonar las campanas tiene muchos significados.

Las campanas sonaron cuando un 5 de noviembre de 1811 el prócer José Matías Delgado subió al campanario de la iglesia La Merced, en San Salvador, anunciando el primer grito de independencia de El Salvador. Las campanas suenan y avisan que en algún país ya son independientes.

Escuchar el sonido de las campanas de una iglesia cuando una fratricida guerra ha dejado dolor y luto. Es de salir a las calles y cantar victoria mientras las campanas siguen estruendosamente avisando esa esperada noticia.

Cuando las campanas suenan, se hace referencia a que en la vida se nos presentan diferentes “rounds” u oportunidades. Es como estar en un ring y luchar contra las adversidades, contra las vicisitudes.

Para los cristianos, sonar las campanas es que se acerca la Natividad de Jesús. Es momento de hacer un acto de contrición para que en el hogar y en el mundo haya paz y amor.

Al final de todo el recorrido en esta vida, cada ser humano tendrá un momento en el que le doblen las campanas. Es importante que cada quien haga un importante trabajo en la vida para que le recuerden como una buena persona.


Fidel López Eguizábal es docente investigador de la Universidad Francisco Gavidia
flopez@ufg.edu.sv