Laura C. tiene 55 años de edad y trabaja en una tortillería en Ciudad Delgado. Ella nunca ha tenido licencia de conducir ni siquiera tiene vehículo, sin embargo, la semana pasada le enviaron un mensaje a su cuenta de WhatsApp a través del cual le notificaban que en el Viceministerio de Transporte tenía una multa por $50, pero que si a partir del aviso pagaba en dos días hábiles la cantidad de $25, el resto se lo descontaba. Si no pagaba le amenazaban con suspenderle la licencia de inmediato. En el mensaje, con procedencia de un código telefónico de Filipinas, le explicaban como tenía que hacer la transferencia del dinero.
Sin entender lo que eso significaba prestó $25 y le pidió ayuda a una hija para que fuera a realizar el depósito transferencia a un banco. Su hija le explicó que eso era una estafa y que era imposible que ella tuviera una multa, pues no tenía licencia de conducir. ¿Cuántas personas inocentes habrán caído en esta burda estafa?. Un amigo en Ecuador me contó que en su país también pretendieron estafarlos de esa manera.
Las estafas a través de las redes sociales están a la orden del día. Las innovaciones tecnológicas como la inteligencia artificial sumado a la inocencia de las personas que dan como verdadero todo lo que se publica, así como la adicción enfermiza a las redes sociales y al contenido basura, “bayunco” e inservible de los ”dizque””influencer” hacen factibles las manipulaciones y las estafas.
La forma más usual es pedir los datos del usuario de redes sociales porque ganaron premios en concursos que no participaron o porque tendrán acceso a beneficios determinados. A las personas les piden direcciones, nombres completos, números de teléfonos y WhatsApp, datos familiares, números de cuentas bancarias, números de DUI y licencia de conducir, lugar de trabajo, estado civil, claves para acceder a nuestras redes sociales y otros datos estrictamente privados.
Algunos contenidos están tan finamente elaborados que engañan a cualquiera. He visto videos, audios e imágenes, incluso textos, donde los manipuladores de la inteligencia artificial retoman a personajes reconocidos como políticos, funcionarios, periodistas, artistas y celebridades en diferentes áreas para elaborar contenidos. Un excompañero de escuela discute que la Tierra es plana porque ha visto video donde supuestos científicos lo afirman.
Por eso me parece atinada la campaña gubernamental que insta a la población a estar atenta y a no ser tan ingenua. La campaña busca advertir a los salvadoreños sobre las nuevas modalidades del hurto informático. Todos los usuarios de redes y servicio de telefonía antes de caer en el engaño deben cerciorarse que no estén siendo víctima y si los buscan estafar deben llamar al 2999-9999 para interponer la respectiva denuncia.
En redes sociales, por ejemplo, circulan cientos de videos, en los que se ve a científicos, funcionarios de gobierno y celebridades hablando de la diabetes y sus posibles curas. Los que padecen la enfermedad y buscan información en las redes salen confundidos. Conozco a más de algún diabético que dejó el tratamiento médico para seguir los consejos que un supuesto experto dio a través de un video propagado a través de youtube. El resultado es que se agravaron.
Los salvadoreños debemos tener presente que nadie nos va a regalar dinero o herencias, que nadie gana un premio en un concurso en el cual no ha participado, que ningún desconocido nos manda paquetes del exterior y que ninguna persona o institución nos pide datos personales si en ningún momento ha tenido tratos con nosotros. También tenemos que tener claro que lo que circula por las redes sociales no suele ser verídico, que mayoritariamentelos “dizque” youtubers, creadores de contenidos o “influencer”, difunden material sin importancia, nulo y vacío de valores. Además, tenemos que estar conscientes que con la inteligencia artificial la manipulación y el abuso son factibles y por tanto el engaño y la estafa.
Así cómo es posible denunciar a los estafadores y engañadores por redes sociales, también se debe denunciar a los usureros. La usura en El Salvador es ilegal. Hay personas que se dedican a prestar dinero con altos intereses diarios. Las víctimas, generalmente, son personas de bajo nivel económico que no pueden acceder al sistema financiero formal.
Quienes son víctimas de los usureros deben acudir a la Fiscalía General de la República, a la Policía Nacional Civil o a cualquier juzgado de Paz, pues existe la Ley contra la Usura que pretende evitar y sancionar las prácticas abusivas de los usureros que se aprovechan de la necesidad de las personas, que generalmente se ven obligadas a prestar para trabajar como pequeños comerciantes y vendedores informales.
La Ley contra la Usura busca establecer los límites de los intereses, prohibir el cobro de intereses sobre intereses, proteger a consumidores y usuarios y le da competencia a la Superintendencia del Sistema Financiero y a la Defensoría del Consumidor para investigar y sancionar a los usureros.
Hay personas terriblemente abusadoras. Inclusive algunas instituciones financieras. Tal es el caso de Carmen Z. quien se dedica vender en las afueras del mercado San Jacinto. Además de lidiar con los agentes del CAM de San Salvador que la corretean para que no venda en la acera del mercado, debe sufrir el estrés de los usureros que todos los días le llegan a cobrar. Ella prestó $150 para comprarle medicina a su madre, y diariamente debe pagar $12 sin que esa cantidad abone a capital. Literalmente sigue debiendo los $150 pese a que ya pagó esa cantidad y más. Ella no esa la única, otras pequeñas vendedoras del mercado también están siendo víctimas.
Quien les llega a cobrar les amenaza con llevar sus casos a los tribunales, incluso se ha presentado con un supuesto abogado que les dice que es el apoderado legal de la “financiera” que ha extendido el préstamo. En redes sociales circula un video en el cual se observa un pleito entre el usurero y un “uber”, porque el primero quiere embargarle el vehículo porque el taxista no tenía para abonar, pese a que solo debe $70. Los embargos solo proceden si son autorizados por la autoridad judicial tras un debido proceso.
Así son los usureros. Tal vez haya necesidad de una difusión masiva de la Ley contra la Usura para evitar el abuso de los usureros y el sufrimiento de la gente más necesitada. La gente por desconocimiento no denuncia a estos aprovechados o porque toda su vida han dependido de un usurero que se ha hecho rico a costa de los pobres.
Entonces a los estafadores y engañadores a través de las redes sociales hay que ignorarlos y denunciarlos al 2999-9999 y a los usureros abusivos hay que denunciarlos ante la PNC, la Fiscalía y los juzgados. Salvadoreños, tenemos que protegernos.
* Jaime Ulises Marinero es periodista