La Cooperativa de Ahorro y Crédito Santa Victoria (COSAVI) terminó haciendo historia tras el cuantioso desfalco por 35 millones de dólares, y graves acusaciones fiscales de lavado de dinero y activos. El hecho se torna incierto con la intempestiva muerte del Gerente General (QEPD), llevándose a la tumba valiosa información. En el aparatoso siniestro del helicóptero militar también fallecieron ocho personas más, prominentes figuras del Gabinete de Seguridad: El director de la PNC, el jefe de Investigaciones, el jefe de Áreas Especializadas, el jefe de Comunicaciones; un grave incidente sobre el que Bukele se refirió inmediatamente: “Lo ocurrido no puede quedar como un simple ‘accidente’, debe ser investigado a fondo y hasta las últimas consecuencias. Solicitaremos ayuda internacional.”



COSAVI creció como la espuma en breve tiempo. Tras su fundación el 9 de marzo de 2012, estableció nueve lujosas y bien acondicionadas sucursales en las principales ciudades y locaciones estratégicas del país, y una significativa cartera de créditos para una joven cooperativa, que podría superar los 230 millones de dólares. Desde el principio, varios de sus informes contables anuales eran deficitarios y marcaban en rojo. Milagrosamente, siempre ofertaba de manera agresiva y difícil de superar para la competencia, las más altas tasas de interés del mercado a sus depositantes.

La mediática popularidad y elegante imagen del carismático gerente incluyó en el portafolio de negocios patrocinar multitudinarios espectáculos de famosos artistas internacionales como Olga Tañón, Christian Nodal, Ha*Ash, Steve Aoki, Reik, Martin Garrix, y el “90’s Pop Tour”. Además de dividendos, este perfil le permitía ocupar las planas sociales de los principales rotativos, cadenas noticiosas y plataformas sociales, estrechando el lobby con prominentes figuras públicas, alcaldes, funcionarios gubernamentales y lideres del partido oficial.



Son imperecederas las imágenes de esta entidad crediticia celebrando fastuosas recepciones en elegantes salones de hotel, llenas de glamour y buen vestir; comidas y bebidas gourmet, mientras discurría el chinchin del brindis con celebridades de la política oficial y la farándula. Sus directivos destilaron generosidad con regalías a las municipalidades para fiestas patronales y donación de vehículos. Esas mismas municipalidades terminaron adeudando créditos a esa entidad por 21 millones de dólares. El gerente lució su generosidad con donaciones a las campañas electorales del partido de gobierno; acompañaron y participaron activamente en actos proselitistas en EE.UU., apoyando a diputados oficialistas y la reelección presidencial inconstitucional.

Tras el escándalo del millonario desfalco y el destape de operaciones de lavado de dinero en la cooperativa, vinieron las órdenes fiscales de captura, y la detención de muchos involucrados. Mientras, los principales responsables, como por arte de magia, pasaron aeropuertos y fronteras sin activar ninguna alarma, bajo la mirada oficial que esta vez probablemente atendía el paisaje. Crecía la presión mediática, por el clamor de las víctimas que perdieron los ahorros de su vida; hasta que por fin, el 27 de julio, el Fiscal General y Bukele anunciaron la captura del gerente de COSAVI en Panamá y los trámites de extradición; y con ello la escalofriante expectativa de lo que el gerente por fin declararía en sede judicial.

El sábado 7 de septiembre las autoridades de Honduras lanzan un balde de agua fría publicando la captura del famoso gerente, quien contaba con difusión roja de INTERPOL, al ser detenido fortuitamente en un puesto de control de carretera, acompañado de un “coyote” (contrabandista) que presuntamente lo llevaba a EE. UU., poniéndolo a disposición de autoridades salvadoreñas.

Lo del siniestro del helicóptero es conocido, solo una investigación independiente y creíble esclarecerá el hecho. Mientras la canción del “Avión de la Muerte” de Los Tigres del Norte y las tonadas del “Cartel de Los Sapos” inundan las redes sociales, el silencio oficial no responde a muchas interrogantes:
¿Qué pasó con la supuesta captura del gerente en Panamá?
¿Por qué la premura de trasladar al detenido durante la noche, en helicóptero, en medio de una tormenta?
Los pilotos eran experimentados, incluso galardonados, pero ¿es cierto que la nave no tenía instrumentos para navegación nocturna?
¿Qué hacia el alto mando policial en una operación que corresponde a INTERPOL?
¿Acaso el móvil de la premura fue atajar la creciente interrogante mediática sobre la supuesta captura del imputado en Panamá?
¿De quien fue la orden de semejante improvisación operativa?