En El Salvador, las mujeres son propietarias del 60% de las microempresas y generan el 54.2% de los empleos en este sector. Sin embargo, la mayoría de las microempresarias se concentra en los estratos de menor tamaño. El 55.9% corresponde a microempresarias de subsistencia, con ventas mensuales inferiores a $1,200; el 32.2% a microempresarias de acumulación simple, con ventas mensuales entre $1,201 y $4,200; el 8.8% a microempresarias de acumulación ampliada, con ventas de $4,201 a $8,300; y solo el 3.1% a microempresarias de expansión, con ventas mensuales mayores a $8,300.



Esto indica que el 88.1% operan con ingresos mínimos y una capacidad de inversión muy limitada y que, por el contrario, solamente el 11.9% (las de acumulación ampliada y de expansión), generan ingresos y empleos comparables a los de las empresas formales, aunque también enfrentan obstáculos que limitan su crecimiento. Según el informe El estado de las MYPE en El Salvador 2024: La otra cara de la economía, preparado por FLACSO y el Observatorio MYPE de FUSAI, estos obstáculos incluyen:

• Bajo nivel educativo de las propietarias: Tres cuartas partes de estas microempresarias tienen una educación inferior al noveno grado, lo que limita sus conocimientos en áreas empresariales clave. Por ello, resulta vital implementar programas de acompañamiento empresarial enfocados en administración, contabilidad, marketing, gestión de recursos humanos, finanzas y desarrollo de planes de negocio, entre otros.



• Concentración en sectores de menor productividad: Las microempresarias de acumulación ampliada y de expansión suelen concentrarse en sectores de menor productividad y rentabilidad como el comercio y los servicios, mientras que el sector transporte, que usualmente reporta mayores utilidades, está dominado en un 85.5% por hombres. Curiosamente, en este sector, las empresarias tienden a pagar mejores salarios y generar más empleos que sus colegas masculinos.

• Dificultades de acceso al crédito: A pesar del crecimiento de las microfinanzas en el país, el 57.1% de las microempresarias de acumulación ampliada y de expansión perciben el acceso al crédito como difícil o muy difícil, principalmente debido a debido a su precariedad financiera. Las razones más frecuentemente citadas por las empresarias que enfrentan esta barrera incluyen un mal historial crediticio (42.1%), la falta de un historial crediticio (34.9%) y la acumulación de deudas (24.5%). Por lo tanto, es crucial implementar un programa de rescate integral dirigido a microempresas en problemas, pero con alta moral de pago, para proteger los empleos que actualmente generan.

• Falta de digitalización y cultura del ahorro: Aunque el acceso a Internet es común entre las propietarias de microempresas de acumulación ampliada y pequeñas empresas, aproximadamente un tercio (31.3%) no utiliza herramientas digitales para comercializar sus productos y servicios. Además, el 33.6% de estas empresarias no tiene una cuenta de ahorro, y muchas de las que sí la tienen, no la utilizan. Por lo tanto, aunque parezca obvio, es fundamental fomentar una mayor cultura del ahorro, que es esencial para el éxito empresarial. La digitalización también representa un área de mejora crucial para este sector, y se deben implementar esfuerzos continuos para avanzar en este aspecto.

• Carga de responsabilidades de cuidado: Muchas de las microempresarias de acumulación ampliada y de expansión empresas no solo son las principales proveedoras de ingresos para sus hogares, sino que también asumen una parte significativa de las tareas de cuidado en el hogar. De hecho, el 35.3% de ellas señala que son las únicas responsables de estos servicios en su familia. Esta acumulación de responsabilidades, sin tiempo suficiente para la recreación y el desarrollo personal, compromete el futuro de estas empresarias e impone costos desiguales que pueden afectar profundamente su capacidad emocional para desempeñar roles de madres, esposas y emprendedoras.

Por consiguiente, apoyar a las microempresarias de acumulación ampliada y de expansión mediante políticas y programas que fortalezcan sus habilidades empresariales, incrementen su participación en sectores más productivos, faciliten el acceso a financiamiento y al uso herramientas digitales, y promuevan una distribución equitativa de las responsabilidades de cuidado en el hogar potenciaría su crecimiento. Medidas de este tipo también contribuirían a reducir las brechas de género y reforzarían el papel de las mujeres como socias y protagonistas del desarrollo económico.


William Pleites es director del Programa FLACSO El Salvador.