El recién electo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en 2018 informó sobre su decisión de imponer aranceles por un monto 50.000 millones de dólares a los productos chinos con el argumento de "prácticas desleales de comercio" y "robo de propiedad intelectual" en contraposición, China respondió inmediatamente con la imposición de aranceles a 128 productos estadounidenses. A partir de aquí se ha iniciado lo que muchos han llamado la guerra comercial entre China y Estados Unidos.



Lejos de llegar a un acuerdo, Estados Unidos incrementó los impuestos a las importaciones chinas por un valor de 300.000 millones de dólares, es decir de 10% a 25%, a lo que China replicó con un plan de imponer tributos sobre las importaciones estadounidenses por un valor de 60.000 millones de dólares. Sin embargo, para mucho estudiosos de estas realidades lo que está detrás es que China se dirige a ser la primera economía a nivel global y ha logrado superioridad tecnológica.

La nueva generación móvil denominada 5G que Huawei inició en 2014 para estandarizar y desarrollar redes 5G de prueba en el Mundial de Fútbol 2018, permite enlaces de enormes bases de datos, aplicaciones de inteligencia artificial. Entre otras tecnología que China ha empezado a usar como la ciencia robótica, el dinero móvil, vehículos de conducción autónoma, drones, trenes electromagnéticos, educación virtual y hasta cirugías a distancia.



Por otra parte, el caso de restringir a Huawei de comerciar con empresas de Estados Unidos con el pretexto que afecta la seguridad nacional es un signo claro de esta” guerra fría tecnológica”.

Ante esto China ha firmado un acuerdo con Rusia para desarrollar esta nueva tecnología 5G y advierte que Estados Unidos se irá quedando rezagado en este rubro. Por otra parte, en abril pasado, el senado de Estados Unidos aprobó un proyecto de ley que prohíbe el funcionamiento de Tik Tok en su país a menos de que su propietario chino, ByteDance, la venda, pues enfrenta crecientes dudas sobre la seguridad de los datos de los usuarios y sus vínculos con el gobierno de Pekín. Esta plataforma cuenta con 170 millones de suscriptores en Estados Unidos, se espera que en 2025 pueda el nuevo presidente sancionar la ley.

En el caso de nuestro país, El Salvador, al establecer relaciones con China tomó por sorpresa a una buena parte de algunos sectores, incluso los Estados Unidos, al ver esta apertura como una amenaza a sus intereses, pero al mismo tiempo se abrió un abanico de posibilidades para el intercambio comercial en productos tales como el café, el azúcar, manufacturas y abrir otro nicho de interés para China como lo es el turismo que ha crecido en los últimos años en nuestro país.

El Salvador deberá tomar ventaja de esta relación al abrir programas de cooperación, transferencia de tecnología, comercio y por ende poder generar empleo. Ya lo han hecho otros países del área como Costa Rica, Panamá, República Dominica que estratégicamente daría la posibilidad de producir bienes para entrar al mercado estadounidense desde la región.

En fin se trata de una guerra comercial donde no hay armas, sino artefactos tecnológicos hegemonías comerciales, posicionamiento de nuevos mercados donde China ya ha dado un paso adelante y se apresura a ganar el mercado global.