Las dos festividades las separa una semana en El Salvador; el 17 de junio se celebra el día del Padre y el 22 de junio el día del Maestro. Esto nos hace recordar que la educación de un infante inicia en el hogar y termina en la escuela. Las dos figuras convergen para ir moldeando la personalidad y carácter de cada ser humano.



He escrito poemas, artículos de opinión sobre el padre, pero me he enfocado más en los padres responsables, a los que tienen un hogar cimentado, los que son ejemplo para su esposa e hijos. Padres que supieron criar a sus hijos, padres que se esforzaron y trabajaron arduamente.

Con respecto a los padres irresponsables, lo corroboro cuando asisto a un banco estatal; en la fila hay madres que van a traer la mensualidad de los padres de sus hijos. Cuando voy por entrar al banco, el vigilante me pregunta: ¿Usted viene a depositar lo de la procuraduría? Le contesto: No, yo no tengo ese tipo de problemas; yo no he dejado hogares abandonados. En El Salvador, hay miles de hogares debido a la irresponsabilidad de los susodichos padres de familia.



Con respecto al padre, es grato citar lo siguiente: "Cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre." Gabriel García Márquez.

Con respecto a los maestros, existen maestros inspiradores que hacen que sus alumnos salgan adelante. Docentes puede haber por doquier; sin embargo, hay docentes que son modelos a seguir.

Deseo mencionar tres tipos de docentes: los que imparten clases en el área rural, en la ciudad y los universitarios. Iniciemos con el primero: los maestros rurales, los que van a pie, en motocicleta, a caballo o piden aventón al cantón, a ellos, les cuesta más. Los niños lo esperan con ansias para aprender. Algunas escuelas no tienen el equipo idóneo para el óptimo aprendizaje de los niños; sin embargo, el maestro comprometido y eficiente; cumplirá los objetivos. Se sabe que, en esos lugares, muchos niños llegan a la escuela con su estómago vacío.

El otro tipo de docente es el que enseña en la ciudad, las cosas son diferentes, más si labora en un colegio. Acá, el proceso enseñanza-aprendizaje es más eficiente por contar con equipo idóneo. Los estudiantes tienen el apoyo económico de sus padres. Lo importante es que el maestro enseñe con pasión y logre cumplir sus objetivos. Eso sí, siempre se verán casos de estudiantes que buscan la escuela como un refugio. Quizás, en su hogar no tienen alimentos necesarios para subsistir, según algunas conversaciones de los padres. En cada centro escolar los docentes saben las realidades de cada estudiante. Cada estudiante es una historia diferente, algunos confían en sus docentes para buscar consejos que les guíen en la vida.

El docente universitario es diferente, es el que cumple la última etapa del proceso enseñanza-aprendizaje de sus discentes. Acá las cosas cambian; ya no están los alumnos vigilados como en otros niveles educativos. En esta etapa ya son maduros. Muchos alumnos trabajan y estudian. El docente sabe que enseñará sin estar presionando a sus alumnos. Cada uno es responsable. Los alumnos deben ser autodidactas y cumplir con las tareas. En el ámbito universitario son pocos los docentes que aconsejan, los que motivan a los futuros profesionales. La madurez de los estudiantes es importante en esta etapa educativa. "El arte supremo del maestro consiste en despertar el goce de la expresión creativa y del conocimiento". Albert Einstein

Ambos, padres y maestros, son los que deben ser un ejemplo a seguir. Felicidades a los padres y docentes responsables, los que son una luz, guía e inspiración para formar a ciudadanos prósperos y de bien.

• Fidel López Eguizábal, Docente fidel.flopez@gmail.com