A los niños hay que dejarlos ser niños, que vivan su niñez con todo el esplendor de su inocencia e ilusiones, que acumulen gratos momentos llenos de felicidad y fantasías y que atesoren lindos recuerdos de sus años maravillosos. A los niños hay que amarlos y respetarlos, guiarlos, protegerlos y garantizarles un futuro de calidad, dándoles acceso a la educación, al sano esparcimiento y fomentando en ellos sanos valores para enfrentar la vida. El trabajo, remunerado o no, nunca debe ser parte de la convivencia infantil.

Los niños no deben tener ninguna responsabilidad laboral fuera del ámbito hogareño, aunque como parte de su rol familiar deben ayudar con las pequeñas tareas en el hogar, como arreglar sus camas, asear sus habitaciones, ordenar sus juguetes, hacer mandados de acuerdo a su edad, desempeñar en calidad de ayudantes-aprendices alguna tarea doméstica y “trabajar” en las tareas escolares.

Recientemente el Ministerio de Trabajo y Previsión Social conjuntamente con la Cámara Salvadoreña de la Construcción (CASALCO) dieron a conocer  la erradicación del trabajo infantil en el sector de la construcción, lo cual es una acción positiva que contó con el apoyo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El Plan de Erradicación del Trabajo Infantil en el rubro de la construcción fue dado a conocer en diciembre pasado por el ministro de Trabajo Rolando Castro, que entonces anunció el apoyo de CASALCO. El plan consistía en supervisar y certificar en los sitios y proyectos de construcción para garantizar la erradicación del trabajo infantil en el sector. Ocho meses después se logra el objetivo con la OIT siendo testigo del fiel cumplimiento.

En 2022 fue el sector azucarero el que anunció la erradicación al cien por ciento del trabajo infantil en ese sector y ahora se anunció que el próximo esfuerzo irá encaminado a erradicar el trabajo infantil en la zona costera donde muchos niños se dedican a la extracción de curiles, una actividad demasiada riesgosa.

Tal como lo sostuvo el vicepresidente de la República, Félix Ulloa, es trascendental proteger los derechos de la niñez los cuales no deben ser vulnerados por la necesidad o imposición de integrarlos al mercado laboral. Y es que nadie, mucho menos los padres de familia, pueden o deben obligar a sus hijos a que trabajen por un emolumento. Obligar a trabajar a un menor de edad, por muy grande que sea la necesidad, debe ser un delito relacionado a maltrato infantil,

Es oportuno el logro el cual ha sido reconocido por la representante de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en El Salvador, Maribel Gutiérrez, quien felicitó a los actores principales, es decir al Ministerio de Trabajo y a CASALCO.

Vale la pena reconocer al sector azucarero y de la construcción porque es obvio que colaboraron con sus respectivos compromisos, lo cual debe ser emulado por otros sectores de la producción industrial, agrícola y de servicios, donde todavía hay muchos niños trabajando..

El reto es para el sector costero, pero más para el Estado que debe erradicar el trabajo y la explotación infantil en todos los rubros, principalmente en el sector informal. Todavía es posible ver a muchos niños trabajando como vendedores informales, exponiéndose todo el día a las inclemencias del clima y a las agresiones de cualquier ciudadano desquiciado.

Muchos menores de edad abordan el transporte público para ofrecer sus productos. Las niñas, especialmente, se exponen al acoso y al agravio que les causan adultos inconsecuentes. La mayoría de estos niños que se exponen al peligro provienen de familias disfuncionales o sumidas en la pobreza, cuyos padres los ven como sujetos que tienen la obligación de aportar para su sostenimiento.

La mayoría de niños que trabajan no estudian o abandonan la escuela y se exponen a diario a los peligros propios de la “calle”. Se debe tener control sobre ellos y obligar a sus responsables que les permitan estudiar. A los adolescentes se les debe dar la oportunidad que aprendan un oficio que les permita un sano desarrollo, esto último con una estricta normativa y supervisión del Estado, para que los menores de edad no aprendan vicios o descuiden su escolaridad.

No basta con erradicar el trabajo infantil, lo que desde luego es un grandísimo logro que debe ser objeto de alegría y felicitación, pues también se debe garantizar que todos los menores de edad tengan acceso a sus derechos humanos, entre ellos a la educación formal y sistemática que el Estado debe proporcionar a la niñez y adolescencia.Erradicar el trabajo infantil es una necesidad y obligación del Estado… Estado somos todos.

*Jaime Ulises Marinero es periodista