El Salmo 1:1-3 dice así: Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará. Este salmo presenta una visión de como el ser humano debe conducirse en la vida para no tropezar con malas amistades que lo lleven en consejos desastrosos, que le traerán a su vida tristeza y dolor.
Las personas que son bienaventuradas nunca aceptan “consejo de personas malvadas”. En el original hebreo, la palabra que se traduce “consejo” es un sustantivo que significa “algo que proporciona dirección en cuanto a una decisión”. Los “impíos” son personas pecadoras, que se caracterizan por practicar la impiedad sin ningún remordimiento, son injustos en su actividad diaria. No andar en el consejo de los impíos significa rechazar cualquier consejo que conlleve al ser humano a perder la paz. Esto incluye evitar cualquier influencia que pueda guiarnos o dirigir nuestro camino de vida hacia el libertinaje.
Caminar implica progreso; por lo tanto, el versículo enseña: “No anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado”. La aparente progresión presenta la imagen de aquellas personas descuidadas que caminan junto al pecado y finalmente se sienta en la silla de pecadores, para gozar de sus deleites temporales. De modo que las malas amistades sobran, y rara vez un joven busca de un buen consejo, dado que, por su inmadurez, casi siempre elijen el mal camino (drogas y alcoholismo, entre otros), por ello tienden a ver a sus padres como enemigos.
Esto me recuerda aquella hija desobediente que tenia malas amistades y que no le gustaba el consejo de su madre, ocurrió en la ciudad de Campinas, Brasil en el año 2005, un grupo de amigos borrachos, la fueron a recoger a su casa para andar en caminos de pecadores. La madre la acompañó al automóvil y estaba tan angustiada sobre la embriaguez de sus amigos, que le advirtió a su hija que no fuera con ellos, porfió con la joven para que no saliera, pero no le quedó más que decirle a su hija “vaya con Dios” sin embargo, la jovencita respondió: sólo si Dios viaja en el maletero, porque aquí dentro ya estamos completos.
Horas más tarde, los medios de comunicación informaban sobre un fatal accidente en la que aquella jovencita desobediente estaba incluida, todos habían muerto, el automóvil había quedado destrozado, pero sorprendentemente, el maletero estaba intacto no tenia ningún rasguño. La policía dijo que no había ninguna manera de que el maletero podría permanecer intacto, es decir no existía una explicación lógica del porque estaba intacto. Dentro del maletero había una canasta de huevos, para su sorpresa, ninguno estaba roto. Jovencita o jovencito, no te atrevas a desafiar a Dios ni a tus padres.
El resultado de la desobediencia y de andar con malas amistades, traerá tarde o temprano un desastre a tu vida. Para todo hay tiempo, para divertirse sanamente y para esparcirse, pero recuerda no traspasar los linderos que han puesto tus padres, ellos saben lo que es mejor para ti, tus amistades que te incitan al mal camino, no tienen la madurez para medir las consecuencias de su vida libertina. Los únicos que te aman y auténticamente quieren tu bien son tus padres, por esa razón te aconsejan y te reprenden, para evitar que circules, por el camino sin ley y sin limites, por ello la corrección y la disciplina te ayudaran a ser un mejor ciudadano aunque ahora no lo entiendas.