Toda vida es valiosa. La vida es el principal valor y es tan linda que merece vivirse con dignidad y humanismo procurando siempre ser feliz y hacer feliz a los demás. Para disfrutar de la vida lo trascendental es la sana convivencia social, el respeto al derecho ajeno y la capacidad de actuar con decisión propia. Nunca el alcoholismo o el consumo de alcohol es una forma de disfrutar la vida de manera sana, porque se convierte en vicio o adicción que luego se transforma en una enfermedad mental progresiva, insidiosa y de fatales consecuencias.



Señalar consecuencias del alcoholismo, todas negativas, sería la de nunca acabar, solo diré que el vicio transformado en enfermedad conduce a la muerte, pero antes de la muerte física acaba con la dignidad del ser humano, convirtiendo a la persona en un desecho humano que acaba con las ilusiones y aspiraciones de los suyos. El alcohólico se convierte en un ser ingrato, inmoral, irrelevante, inservible, imbécil, idiota, insolente, irresponsable, inconsciente e insoportable.

El alcohólico tiene como garantía de su existencia varias opciones y ninguna de ellas es positiva: Su futuro se puede visualizar en un hospital con una secuela somática permanente, en la cárcel por algún delito generado por una estupidez, en el cementerio por una muerte dolorosa e indigna) o idiotizado (por la pérdida de cordura) y rechazado por la sociedad y más aún por su familia (un estorbo que genera problemas y preocupaciones)



El alcoholismo no respeta a nadie. Todos somos proclives a caer en las garras de ese terrible padecimiento. Profesionales, obreros, jóvenes, viejos, letrados, iletrados, solteros, casados, pobres. ricos, homosexuales, heterosexuales, izquierdistas, centristas, derechistas, hombres y mujeres, en fin, el alcoholismo es “democrático y ecuménico” y en él cabemos todos.

Un informe del Fondo Solidario para la Salud (FOSALUD) señala que desde la pandemia de Covid-19 en El Salvador se ha experimentado un incremento en el consumo de alcohol por parte de las mujeres. Incluso en la actualidad es mayor la cantidad de salvadoreñas que consumen alcohol en relación a los hombres.

Los datos de FOSALUD son respaldados por la Revista de la Asociación Médica Estadounidense que, con cifras y análisis, sostiene que por diversos factores después de la pandemia de Covid-19 se incrementó el consumo del alcohol en las mujeres en Estados Unidos y el resto de países de América Latina y el Caribe. En ese contexto el director ejecutivo de FOSALUD, Carlos Emilio Núñez Sandoval señaló que su institución proyecta crear otro Centro de Prevención y Tratamiento de Adicciones que sea exclusivo y especializado para tratar a las mujeres. Actualmente tienen siete centros distribuidos en todo el país.

Por su parte para ayudar a mujeres y hombres a superar el alcoholismo la comunidad de Alcohólicos Anónimos (AA) cuenta con más de 1 mil 400 grupos distribuidos en todo el país. A través del método del compartimiento y sumando 24 horas a la vez estos hombres y mujeres se llenan de fortaleza espiritual y tolerancia para superar una enfermedad que los destruye a ellos y a su entorno (sus seres queridos). Para ser alcohólico anónimo no hay más requisito que desear dejar de beber y admitir ser impotente ante el alcohol y que sus vidas se habían visto ingobernables. El resto de pasos y tradiciones son un proceso que forma parte de la recuperación que avanza en cada reunión de grupo.

Todo alcohólico anónimo tiene la aspiración de una vida llena de añadiduras, siendo la principal la sobriedad y el hecho de tener la sabiduría para diferenciar el bien del mal y para tomar las mejores y más sabias decisiones en sus vidas. Ninguna vida es desechable, todo ser humanos es rescatable del alcoholismo, se requiere fuerza de voluntad, sometimiento y humildad y especialmente ponerse a disposición de un Ser Superior que rige la existencia. Esa es la esencia del programa de recuperación que contempla doce pasos, doce tradiciones y doce conceptos concebidos por los fundadores de AA: Robert Holbrook Smith (Dr. Bob) y William Griffit Wilson (Bill W)

Precisamente el viernes 28 del mes en curso se cumplen 70 años desde que el mensaje de AA llegó a Centro América a través de Edward Thimothy Fitzgerald (Mr. Eddie), quien procedente de San Francisco, California, recaló en el Puerto de La Libertad junto a su esposa salvadoreña Berta Dreyfuss y una hija de la pareja, entonces de cuatro años de edad.

Mr. Eddie vino en 1955 a domiciliarse en el país y al ver la necesidad del mensaje en El Salvador se dispuso a crear el primer grupo de AA en el país, siendo los pioneros en Centro América. Literalmente con la llegada de Mr. Eddie vino el mensaje de AA a El Salvador y desde entonces cientos de miles de salvadoreños han superado ese horrendo vicio que transformado en enfermedad ha destruido vidas, proyectos, anhelos, familias y sueños.

Siendo relativamente joven a los 59 años de edad, Mr. Eddie falleció y fue enterrado en el cementerio Los Ilustres, en San Salvador, donde yace su nicho que desde junio de 2022 pasó a ser legado y patrimonio de la comunidad AA El Salvador, que le rinde un tributo de amor y agradecimiento.

Hombres y mujeres sumidos en el alcoholismo tienen la posibilidad de superar la enfermedad y ganar añadiduras para sí y los suyos. La vida es bella y si se vive en sobriedad es bellísima para vivirla y darle gracias a Dios por habérnosla concedido. Felicidades AA por los 70 años transcurridos desde la llegada del mensaje salvador a este lindo y maravilloso país.

• Jaime Ulises Marinero es periodista