El sacerdote jesuita José María Tojeira, quién se desempeñó como rector de la Universidad Centroamericana (UCA) de El Salvador, señaló que el migrante salvadoreño Kilmar Ábrego García es "símbolo de la irracional y racista saña antiinmigrante" del presidente estadounidense, Donald Trump.
Ábrego, deportado por error desde Estados Unidos a la cárcel de máxima seguridad, Cecot, de El Salvador, fue detenido el lunes en los tribuales de inmigración de Baltimore (Maryland), tres días después de haber sido puesto en libertad en Tennessee y a la espera de ser nuevamente deportado, esta vez a Uganda.
No obstante, Ábrego García no podrá ser deportado de Estados Unidos dado que el miércoles la jueza Paula Xinis retrasó su deportación hasta octubre.
"Querían deportarlo a Uganda y una jueza digna lo impidió", publicó el jesuita en X.
Según Tojeira, con estudios en teología y filosofía, el migrante salvadoreño "es odiado" y "perseguido" por "ser signo de protesta y resistencia contra la política inhumana de los que se creen más que los pobres".
En una breve audiencia, la jueza federal del Distrito de Maryland, Paula Xinis, dijo el lunes que extenderá la suspensión de la expulsión de Ábrego.
El sábado, los abogados del migrante explicaron en un documento judicial que el Gobierno estadounidense estaba amenazándolo con su deportación a Uganda para conseguir un acuerdo de culpabilidad que le permitiese ser deportado a Costa Rica, en su lugar.
Xinis, la misma que en abril ordenó al Gobierno estadounidense que facilitara el regreso de Ábrego desde El Salvador, tras su deportación allí por error, preguntó si la Casa Blanca entendía que tenía prohibido expulsar a Ábrego García del territorio continental estadounidense, a lo que el abogado del Gobierno Trump contestó que sí, según información citada por Político.
No obstante, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristy Noem, dijo el lunes en un comunicado que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) “está procesando” la deportación de Abrego García.
El salvadoreño, acusado de supuesto tráfico de personas por el Gobierno estadounidense, pasó casi tres meses en el Cecot, donde lo enviaron "por error", hasta que posteriormente se ordenó su regreso a EE.UU. en junio pasado.