El arzobispo era uno de los representantes de la Iglesia Católica más importantes en América Latina, ya que condenó las injusticias y se pronunció contra la represión política en medio de una guerra que se intensificó entre los movimientos de izquierda y derecha en el territorio salvadoreño.
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La ceremonia de canonización marcó un momento histórico para el país y la comunidad católica en todo el mundo.
Como parte de su recuerdo, la Arquidiócesis de San Salvador ordena celebrar en todas las parroquias y en sus respectivas misas la “Memoria de San Óscar Arnulfo Romero”, destacando su fe en Jesús, el Evangelio y el testimonio de su vida.
Óscar Romero fue asesinado a sus 62 años el 24 de marzo de 1980 mientras oficiaba una misa, se convirtió en un símbolo de resistencia y esperanza en un período de gran violencia en El Salvador.
La vida y la obra de San Óscar Arnulfo Romero continúan inspirando a nuevas generaciones en la búsqueda de la paz y la justicia en El Salvador.