Esta renovación de los cementerios afecta directamente a algunos trabajadores que han heredado esta labor por generaciones.
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Una de ellas es Lilian Mejía, quien se dedica al mantenimiento y a la ornamentación de tumbas desde su niñez; ella relató a Diario El Mundo que ha notado una disminución en su clientela. La mayoría de sus clientes residen en el extranjero y aportan una mensualidad de $10 para el cuidado de las tumbas de sus seres queridos.
Sin embargo, las reformas recientes en el cementerio han generado un desinterés en la conservación de estos espacios, lo que afecta tanto su negocio como la manera en que se recuerda y honra a los fallecidos.
Una fuente de la municipalidad confirmó que la comuna está renovando y modernizando el cementerio, cambiando los mausoleos y planchas de cemento por pasto y una placa en el campo santo, esto solo en los lugares donde aún hay tumbas de este tipo. La fuente confirmó que esto se informa con anticipación a las familias de cada persona inhumada, debido a los procesos de exhumación.
Diario El Mundo preguntó a la unidad de prensa de la alcaldía de San Salvador por este proyecto, pero no hubo respuesta ni a mensajes ni llamadas que se hicieron.
Emilio Olmedo, con 72 años y más de seis décadas de experiencia en la comercialización de placas funerarias, también expresa su preocupación por el futuro de su oficio. Reconocido en la zona por la calidad de su trabajo, garantiza la durabilidad y estética de las placas, que tienen un valor de $30.
Los cambios en los cementerios han comenzado a amenazar su negocio, según el relato. La modernización prioriza terrenos planos y placas incrustadas, lo que ha reducido la demanda de placas tradicionales y pone en riesgo una labor fundamental para su sostenimiento familiar.
El 2 de noviembre, festividad de los Fieles Difuntos en El Salvador y Latinoamérica, miles de familias visitan los cementerios para rendir homenaje a sus seres queridos. Durante esta conmemoración, se elevan oraciones y se decoran las tumbas con arreglos florales, tanto naturales como artificiales, seleccionados para perdurar en el tiempo.
En estas fechas es común realizar labores de restauración en las tumbas deterioradas, que incluyen limpieza y pintura de lápidas, sin embargo, estos sexagenarios indicaron que la modernización de los cementerios pone en riesgo sus labores.