La Universidad Centroamericana (UCA) conmemoró el sábado por la noche el 36 aniversario de la masacre de seis sacerdotes jesuitas y dos colaboradoras, asesinados el 16 de noviembre de 1989 por un comando élite del Ejército salvadoreño en plena guerra civil.

La comunidad académica, junto a feligreses y organizaciones sociales, pidió justicia y recordó el legado de los mártires en una jornada de homenaje marcada por la fe y la memoria histórica.

La ceremonia inició con la tradicional “procesión de los farolitos”, un recorrido simbólico dentro del campus universitario donde estudiantes, religiosos y ciudadanía caminaron entre cantos, oraciones y lecturas bíblicas.

Los asistentes portaron pancartas, candelas y camisetas conmemorativas en honor a las víctimas, reafirmando el compromiso con la verdad y los derechos humanos.

La conmemoración comenzó con la tradicional "procesión de los farolitos", en la que cientos de feligreses y estudiantes caminaron al interior del campus entre cantos religiosos y lecturas de la biblia para recordar el legado de los llamados "mártires de la UCA". EFE

En el acto también se rindió homenaje al padre José María Tojeira, exrector de la UCA y principal impulsor de la causa de justicia, fallecido en septiembre de este año.

Frases como “El olvido también es una forma de impunidad” y “Los asesinaron por estar del lado de la Justicia” fueron repetidas en altavoces mientras se avanzaba en la marcha reflexiva.

La jornada culminó con una misa solemne en la que se recordó a los padres Ignacio Ellacuría, Segundo Montes, Ignacio Martín-Baró, Amando López, Juan Ramón Moreno y Joaquín López, así como a Elba Ramos y su hija Celina, de 16 años, asesinadas en el ataque.

Cinco de los jesuitas eran de origen español y uno salvadoreño. El crimen conmovió al mundo y marcó un punto de quiebre en el conflicto armado salvadoreño (1980-1992).

Durante la homilía, el rector Mario Cornejo subrayó que los sacerdotes vivieron “en medio de una guerra marcada por la pobreza, la represión y la desigualdad”, pero no permanecieron pasivos.

“Estuvieron de pie, luchando por la verdad, la paz y la justicia. En ellos contemplamos el rostro de un Dios que acompaña y hace justicia”, expresó Cornejo, quien recordó que, a pesar de los cambios en el país, “el sufrimiento de muchos persiste”.

La guerra civil salvadoreña dejó más de 75,000 muertos y entre 8,000 y 10,000 desaparecidos. La masacre en la UCA fue uno de los crímenes más emblemáticos y generó presión internacional para la firma de los Acuerdos de Paz.

En 2016, la Corte Suprema de Justicia declaró la masacre como un crimen de lesa humanidad, lo que abrió el camino para reactivar procesos judiciales contra los responsables.

El 18 de noviembre de 2024, el Juzgado Segundo de Instrucción de San Salvador envió a juicio a 11 implicados en la autoría intelectual del crimen, entre ellos el expresidente Alfredo Cristiani (1989-1994).

Los cargos imputados son asesinato, encubrimiento y fraude procesal, en un proceso que busca responder a una deuda histórica de justicia.

La comunidad jesuita reiteró su llamado a que este caso no quede impune y pidió al sistema judicial actuar con independencia, al tiempo que recordó que la verdad, por dolorosa que sea, es el único camino hacia una paz auténtica.

“El Salvador aún necesita justicia para sanar sus heridas”, concluyó el rector Cornejo ante los cientos de asistentes.