La Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA) deja de percibir cerca de $455.3 millones debido a la pérdida de agua, según un estudio de la Fundación para el Desarrollo de Centroamérica (Fudecen), elaborada en alianza con el Centro para la Defensa del Consumidor (DCD) y la Asociación Popol Na.

La investigación, publicada el 1 de septiembre pasado, revisó la eficiencia de los subsidios al agua potable, energía eléctrica, gas propano y transporte público para reducir la pobreza entre los salvadoreños.

El estudio indica que el consumo debajo de los 43 metros cúbicos de agua se factura a un precio inferior al costo de producción de ANDA, estimado en $1.38.

Citando la memoria institucional de ANDA de 2023, Fudecen detalla que ANDA produce 433.18 millones de metros cúbicos de agua, de los cuales factura 162.77 millones, equivalente a un 37.5 %. Esto significa que se pierden 270.41 millones de metros cúbicos de agua, debido principalmente a fugas en la red hidráulica.

“Dicha pérdida equivale a un estimado de $455.3 millones de dólares anuales, monto que el Estado salvadoreño asume con sus propios recursos, volviendo en realidad el referido subsidio no tanto un beneficio para la población, sino más bien un subsidio a las pérdidas con las que actualmente opera la institución”, matiza el informe.

 

Eficiencia del subsidio

La investigación empleó el indicador de desempeño del sector público (PSP, por sus siglas en inglés), una ecuación que se integra de diferentes características como el número de personas beneficiadas con los subsidios, pobreza monetaria, desigualdad monetaria o desigualdad de recepción de cada subvención, gasto público y error de exclusión.

De acuerdo con los resultados, entre las cuatro subvenciones, el subsidio al agua es el “más eficiente”, a pesar de que tuvo el menor nivel de gasto público, con un promedio de $4.81 millones que representan apenas 0.017 % del producto interno bruto (PIB).

Además, el estudio señala que el acceso de agua potable y el saneamiento ha quedado relegado a la inversión pública, en principio municipal y luego por el gobierno central a través de ANDA. Sin embargo, la autónoma ha tenido limitantes al no brindar cobertura a una gran parte del área rural, donde la población ha desarrollado sus propios sistemas de acueductos y no siempre goza de subvenciones para el servicios.

El saneamiento también ha quedado relegado a las grandes inversiones de proyectos urbanísticos, comerciales e industriales. De igual manera, la población popular y rural no tiene estos beneficios y crea sus propias redes.