El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó el martes que la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París constituyó un acto de "inmoralidad contra el mundo cristiano" y dijo que llamaría al papa Francisco para discutir ese asunto.

"Llamaré al papa tan pronto como sea posible para compartir con él la inmoralidad cometida contra el mundo cristiano y contra todos los cristianos", afirmó el jefe de Estado turco en una reunión de su partido islamo-conservador AKP.

"Los Juegos Olímpicos se usaron como una herramienta de perversión que corrompe la naturaleza humana", agregó.

"La vergonzosa escena de París no sólo ofendió al mundo católico y al mundo cristiano, sino también a nosotros. También nos indignó", proclamó.

Una escena de la ceremonia de inauguración del viernes mostraba a y "drag queens" en una coreografía para muchos evocadora de la Última Cena que Jesús compartió con sus apóstoles.

El director artístico de la ceremonia, Thomas Jolly, negó haberse "inspirado" en ese relato del Nuevo Testamento, sin convencer a sectores cristianos y a políticos como el candidato presidencial estadounidense Donald Trump, que la consideraron una parodia irrespetuosa.

Erdogan, que suele tomar por blanco de sus ataques verbales a la comunidad LGTBI+ de Turquía, debía asistir a la ceremonia que se desplegó a lo largo del Sena, el río que surca París, pero indicó que cambió de parecer gracias a una advertencia de su nieta.

Contó que el presidente francés, Emmanuel Macron, lo había invitado. "Dije que podía ir. Pero mi nieta de 13 años me dijo que no fuera, que organizarían un evento LGTB. Me mostró imágenes en Instagram", relató.

"¿Pueden concebir que un evento deportivo que supuestamente debe unir a la gente empiece con hostilidad hacia los valores de la humanidad?", preguntó.

"Lo que se hizo en París constituye un proyecto que pretende arrastrar a los humanos a un nivel inferior al de los animales", afirmó.