El silencio cobró protagonismo este fin de semana en el Centro Cultural de España en El Salvador (CCESV), cuando se presentó “Opus Nigrum”, la más reciente creación del director Ben Attia dentro del VII Festival de Teatro Hispanosalvadoreño.

La obra, concebida como un viaje sensorial y existencial, invita al espectador a enfrentarse con los límites de la soledad, la incomunicación y la violencia que atraviesan la experiencia humana.

Inspirada en “La emboscadura” de Ernst Jünger, “Opus Nigrum” se desarrolla en dos actos que transitan desde la Ciudad hacia sus “afueras”, espacios que simbolizan tanto el extravío como la resistencia.

En su primera parte, un autobús recorre la urbe en un trayecto que se transforma en ritual, con pasajeros silenciosos que parecen avanzar hacia lo desconocido. La segunda mitad, en cambio, acontece en un descampado desolado donde el abandono y la supervivencia se confunden con la esperanza.

 

Bajo la dramaturgia y dirección del propio Attia, el elenco integrado por Juan Navarro, Maxi Labrador, María Moncada y el mismo director ofrece interpretaciones contenidas y viscerales. Con una escenografía mínima y atmósferas cargadas de tensión, la propuesta rompe las convenciones del teatro tradicional para situar al público frente a su propia vulnerabilidad. La función, de entrada libre, logró convocar a espectadores que salieron conmovidos por su fuerza simbólica y poética.

De origen magrebí y radicado entre Madrid y Algeciras, Ben Attia es una de las voces más singulares del teatro contemporáneo iberoafricano. Con una trayectoria marcada por proyectos de experimentación escénica, el creador continúa explorando en Opus Nigrum las fronteras entre arte, filosofía y política. Su paso por El Salvador confirma el potencial del Festival Hispanosalvadoreño como plataforma para el diálogo cultural y la reflexión sobre las periferias que habitamos.