La miniserie danesa “Reservatet" (Los secretos que ocultamos, 2025) ha generado un fuerte impacto en Netflix a través de seis episodios que narran la desaparición de Ruby, una joven “au pair” filipina que trabajaba para una familia adinerada en Copenhague.



Aunque se trata de una historia ficticia, la serie refleja con crudeza situaciones de abuso, racismo, negligencia y un silencio cómplice dentro de un sistema de intercambios culturales socialmente aceptado.

El programa “au pair” —término francés que significa “a la par”, en alusión a que quienes participan deberían ser tratados como un miembro más de la familia— permite a jóvenes, en su mayoría mujeres de entre 18 y 26 años, convivir con familias extranjeras a cambio de alojamiento temporal, alimentación y remuneración.



Aunque su propósito es cultural, en la práctica muchas veces deriva en explotación. Las “au pairs” no deberían realizar tareas domésticas pesadas ni brindar cuidados médicos, pero la delgada línea entre lo permitido y lo abusivo a menudo puede desdibujarse.

La serie nórdica inicia con la desaparición de la joven "au pair" Ruby (Donna Levkovsky), quien había confesado a la empleadora de su amiga, Cecilie (Marie Bach Hansen), sentirse incómoda en el hogar de su familia anfitriona. Ante la indiferencia policial, Cecilie emprende su propia investigación y descubre una red de dinámicas de poder y violencia.


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La historia evidencia cómo muchas jóvenes terminan atrapadas en entornos donde denunciar puede significar ser deportadas o, simplemente, invisibilizadas. La serie expone estas realidades sin concesiones, dejando al descubierto las grietas de un sistema que parece alimentar la desigualdad.





Crítica social y los incels con privilegios

"Los secretos que ocultamos" hace un guiño a la miniserie británica “Adolescence” (2025), al abordar temáticas como la violencia de género y los feminicidios cometidos por jovencitos. Ambas ficciones comparten una mirada crítica sobre los "incels" (subcultura de hombres con aversión hacia las mujeres) pero desde perspectivas distintas: en este caso, enfocándose en las raíces del privilegio y la impunidad.

La producción combina elementos de suspenso con una fuerte crítica social, sostenida por una dirección de arte minuciosa; por ejemplo, la atmósfera cálida y luminosa de la casa de Cecilie contrasta con la frialdad y soledad del hogar de los Hoffman, donde se gesta una tragedia. La luz, el silencio y los espacios se convierten en narradores secundarios de la inquietante historia.



El caso Lionnet

Pese a ser ficción, la trama evoca casos reales como el de Sophie Lionnet, una niñera francesa de 21 años que en 2017 fue torturada y asesinada en Londres por la pareja que la empleaba, Sabrina Kouider y Ouissem Medouni. Durante 12 días, Sophie sufrió abusos extremos antes de que su cuerpo fuera incinerado en el jardín, lo que finalmente alertó a un vecino. En 2018, la pareja fue condenada a 30 años de prisión.

“Los secretos que ocultamos” no sólo entretiene: denuncia. Señala cómo muchas “au pairs” son vistas como reemplazables, útiles hasta que dejan de serlo. Es una crítica feroz al clasismo y a las jerarquías del cuidado.

Cabe resaltar que en países como Dinamarca, las jóvenes—incluso salvadoreñas— pueden aspirar a ser “au pair”, pero rara vez se habla del precio emocional que puede implicar esa experiencia cultural cuando una inquilina llega al hogar equivocado.