Desde u003cstrongu003eMelania e Ivankau003c/strongu003e hasta las nuevas figuras del gabinete, el estilo hipercurado de las mujeres en la órbita de u003cstrongu003eDonald Trumpu003c/strongu003e revela una estrategia política que combina u003cstrongu003einteligencia, glamour, agresividad y manipulación mediáticau003c/strongu003e.nnLa segunda presidencia de Trump trae más que decisiones políticas controversiales: Ha consolidado u003cstrongu003euna estética femenina que parece salida de un concurso de belleza o de un programa de televisiónu003c/strongu003e. Desde los peinados meticulosamente moldeados hasta el maquillaje sin fallas, las mujeres del círculo republicano proyectan una imagen deliberadamente pulida y homogénea.nnLa periodista u003cstrongu003eVanessa Friedman, del New York Timesu003c/strongu003e, lo definió con precisión:u003cstrongu003e "una mezcla entre Miss Universo y presentadora de Fox News"u003c/strongu003e. Y no es una coincidencia: Trump, proveniente directo del mundo del entretenimiento, entiende el poder de la imagen como estrategia de control.nnu003cimg alt="Una de las figuras más polémicas dentro del círculo Trump es la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, quien recibe a los periodistas con una sonrisa controlada y palabras mordaces." src="https://static.elmundo.sv/elmundo/uploads/images/2025/05/29/112831.jpg" style="width: 1280px; height: 792px;" /u003enu003ch2u003eu003cstrongu003eLa belleza con toques de supremacíau003c/strongu003eu003c/h2u003enu003cstrongu003eKaroline Leavitt, actual portavoz de la Casa Blancau003c/strongu003e y la más joven en ocupar este cargo, con solo 27 años, representa esta ola política, con su crucifijo al cuello, cabello rubio perfectamente arreglado y un maquillaje que equilibra sobriedad y sofisticación.nnLeavitt no solo transmite los valores conservadores que defiende, sino también la estética que replican otras figuras del gobierno Trump. En cada aparición pública, u003cstrongu003ela sonrisa contenida y tono pasivo-agresivou003c/strongu003e de la comunicadora forman parte de una estrategia de comunicación calculada a milímetro.nnOtra figura clave en esta narrativa es u003cstrongu003eKristi Noem, Secretaria de Seguridad Nacional,u003c/strongu003e rostro de las advertencias contra los inmigrantes en YouTube. De ascendencia noruega, Noem ha elevado su presencia mediática a través de una imagen de fortaleza imperturbable mientras lee el discurso de su admiradísimo presidente que está cambiando al país.nnu003cimg alt="La Secretaria de Seguridad Nacional, Cristi Noem es una pieza central en el gobierno estadounidense en la lucha contra la migración." src="https://static.elmundo.sv/elmundo/uploads/images/2025/05/29/112837.jpg" style="width: 1200px; height: 800px;" /u003ennLa aparición de Noem, exgobernadora de Dakota del Sur, en el u003cstrongu003eCentro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) de El Salvadoru003c/strongu003e, rodeada de criminales cautivos, fue tan teatral como sugestiva, portando un Rolex (reloj valorado en miles de dólares) que evidenció su meticulosa puesta de escena con accesorios de poder.nnEn este universo, la belleza no es casual. Retoques estéticos y hasta una obsesión con el bronceado parecen marcar un patrón en estas mujeres, que mezcla elementos conservadores con una exposición del poder en manos de Trump y de los valores tradicionales en esculpidos rostros que bien podrían ser de celebridades.nnu003cimg alt="Melania Trump deslumbra en cada evento por su porte de estrella clásica o bien de una realeza que dice mucho a través del silencio e ínfulas de poder." src="https://static.elmundo.sv/elmundo/uploads/images/2025/05/29/112836.jpg" style="width: 599px; height: 346px;" /u003enu003ch2u003eu003cstrongu003eLas reinas indiscutibles del "look Trump"u003c/strongu003eu003c/h2u003enMelania e Ivanka Trump (la esposa y la hija de Trump), brillaron con fuerza en la segunda investidura presidencial del magnate y mandatario, en enero de 2025. Melania, en particular, perfeccionó una imagen inalcanzable cual estrella del cine clásico y que emana autoridad en silencio. Su sombrero negro durante la toma de posesión es recordado como un símbolo de estatus.nnPor su parte, Ivanka, siempre ha estado a la altura del montaje: Una mujer brillante, empresaria, política y modelo a seguir, consejera del gobierno que viste piezas de diseñador, al mejor estilo de los años 50 y 60, décadas en que el conservadurismo estadounidense reinaba y la supremacía blanca amenaza las libertades.nnLa estrategia política es clara: capturar la atención, imponer una narrativa y convertir la imagen de cada mujer del entorno Trump en un mensaje de poder, a través de un imperio mediático donde la estética, como la política, no admite matices.nnu003cimg alt="Ivanka Trump representa el lado más tradicional, recatado y poderoso de la mujer conservadora estadounidense." src="https://static.elmundo.sv/elmundo/uploads/images/2025/05/29/112838.jpg" style="width: 1000px; height: 667px;" /u003e