Un video publicado por la joven española



Ivet Playà desató un debate que puso al cantante

Alejandro Sanz en el centro del escándalo. Ella destapó así una relación que comenzó como admiración adolescente y terminó en lo que califica como una experiencia de manipulación, uso emocional y abuso de poder por parte del artista.



Playà asegura que su vínculo con el intérprete de “Pisando fuerte” comenzó cuando era menor de edad, primero como fan y luego como colaboradora. En el clip compartido por la exfanática española, lo acusa de aprovechar su posición para cruzar límites morales, afectarla emocionalmente y engañarla durante su cercanía laboral y personal.

Según ella, el romance habría comenzado cuando ella tenía 19 años y él 49.



Tras varios días de silencio, Sanz de 56 años rompió el mutismo con una historia de Instagram: “Yo tenía un recuerdo muy bonito de nosotros dos”.

El artista afirma que ambos eran adultos durante su relación y sugiere que las acusaciones podrían ser una reacción al haber rechazado una invitación de ella, el mes pasado, para participar en un proyecto de negocios familiares.

“Siento que tu reacción sea esta pero quiero que sepas que nunca he sido partícipe de estas prácticas y así seguiré toda mi vida”, concluyó el intérprete español.