El cantante español Enrique Bunbury, de 57 años y legendaria voz de Hérores del Silencio, volvió a tocar suelo salvadoreño este sábado para su concierto en el Parque de Pelota Saturnino Bengoa, en San Salvador, donde el nombre de su Tour Huracán Ambulante 2025 se hizo real.



Y es que la amenaza de precipitaciones se convirtió en una tormenta cerca de las 8:20 p.m., justo cuando el artista estaba a punto de salir al escenario para presentarse ante un recinto casi abarrotado. La lluvia tempestuosa de varios minutos empapó a los asistentes y pocos lograron cubrirse con impermeables o bien en los baños portátiles y kioscos de comida.

Las luces del escenario y las pantallas LED también debieron apagarse por casi una hora, en espera de que las condiciones mejoraran y mientras decenas de miembros del equipo técnico buscaban asegurar la tecnología y secar la tarima para el ingreso de la banda.



Cerca de las 9:30 se anunció por los altavoces que el cantante español ya estaba presente y que daría su show, calmando los ánimos de todos aquellos que permanecían mojados en sus lugares. Poco después y sin más preámbulos ni teloneros, el ibérico apareció para complacer a sus fans, enfundado en un traje cobrizo y gafas oscuras, cargado la energía y movimiento que lo ha caracterizado en toda su carrera.

"Les agradecemos inmensamente su paciencia, que se hayan mojado esperando que pudiéramos tener todo el equipo listo para poder cantar para todos ustedes. Siempre es un verdadero honor estar en El Salvador", expresó el artista de la inconfundible voz grave.

"Nosotros estamos de celebraciones porque hace 20 años que nos subimos por última vez en Huracán Ambulante todos juntos y estamos celebrando este aniversario con todos ustedes, y también tenemos un nuevo álbum que se llama 'Cuentas Pendientes', vamos a tocar algunas de las canciones para ustedes", agregó el galante Bunbury, que hizo sonar su rock y hoy más que nunca mezclas de ritmos latinos como cumbia y bolero.

La noche finalmente fue triunfal para el intérprete, no sin uno que otro problema técnico que lo puso nervioso en su afán por dar lo mejor a aquellos salvadoreños que lo han seguido a lo largo de todo su trayecto.