Esta semana las salas españolas reciben el filme "El secreto del orfebre", basada en la novela homónima de Elia Barceló, escrita y dirigida por Olga Osorio.
Mario Casas, protagonista junto a Michelle Jenner de este romance de época, sostiene que, a pesar de que la historia se desarrolle en el siglo XX, el filme deja importantes reflexiones sobre la actualidad ya que "el mundo avanza pero al final los problemas y los miedos siguen siendo los mismos".
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"Cuando volvemos atrás, empatizamos igualmente porque al final, el mundo cambia y sigue avanzando, pero al final las relaciones entre los seres humanos, los problemas y los miedos siguen siendo los mismos", explica Casas sobre cómo esta cinta ambientada en el pasado aborda cuestiones que atañen a la sociedad contemporánea.
La historia transcurre en distintos momentos del siglo XX, ofreciendo un retrato de la sociedad de entonces, del papel de las mujeres en ella y del trato que recibían. Osorio aborda los cambios que la sociedad ha experimentado desde entonces.
"No veo una evolución tan positiva como me gustaría. Las mujeres siguen confiando poco en sí mismas, creyendo poco en sus capacidades, atreviéndose poco a equivocarse, que es mi gran reivindicación, que no tengamos que vivir en la excelencia y que podamos ser igual de malas directoras o malas guionistas que nuestros compañeros hombres", reflexiona.
En este sentido, Jenner destaca que su personaje, Celia, "es una mujer que no encaja en el lugar en el que está" por lo "libre" que es para el contexto de la época. Por su parte, la directora subraya que "El secreto del orfebre", sobre todo, "trata del buen amor, de aprender a amar bien".
"La mayoría de nosotros hemos aprendido lo que es el amor a través del cine y los libros, tiene una parte de construcción social y cultural. Hay una generación que nos hemos criado con un concepto del amor romántico que viene desde el siglo XIX. En la película, el protagonista aprende que a veces querer bien significa entender cuando un amor es imposible", expone.
Según Zoe Bonafonte, que da vida a Celia en su juventud, el largometraje "abre la puerta a reflexiones sobre qué es querer a alguien" y explora "un concepto muy actual del amor" que tiene que ver con "renunciar a amar a alguien por el bien de esa persona".
Por otro lado, la directora explica la conexión entre el oficio cinematográfico y el del personaje de Casas: "Tiene esta cosa como de trabajar en lo pequeño. Es un trabajo como muy concienzudo, muy de paciencia, sobre todo durante la postproducción, que es un trabajo de enhebrado".