En esta entrevista exclusiva con Diario El Mundo, conversamos con Jaime Paz, actual Mister Universe El Salvador 2025, quien a sus 55 años desafía los estereotipos de la edad al aspirar al título internacional el próximo mes de octubre en Panamá; y con David Ángel, Mister Universe México y Mister Universe International 2024, un joven modelo que representa la fuerza, autenticidad y proyección del hombre moderno.

Ambos comparten su experiencia dentro de este nuevo panorama, donde ser “Mister” ya no solo se trata de verse guapo, sino de representar una causa, una generación y un país.

Con seguridad y elegancia, los representantes de México y El Salvador demuestran que el modelaje masculino también puede ser auténtico y cultural.


 

Los concursos de belleza solían centrarse en mujeres. ¿Qué significa para ustedes reivindicar su lugar en estos espacios?

Jaime Paz: Tuve la el honor de poner a El Salvador en alto en 1994 ganando Mr. Joven International en Puerto Rico. Ya entonces esto era un cambio de paradigma, un cambio de esquemas porque fue, si no me equivoco, el segundo de la historia en el que yo participé. Era el inicio de los concursos masculinos, imagínate el concepto de la gente, lo chocante que era; con el tiempo y gracias a las redes y a personas que quieren cambios, que luchan por la inclusión, han desarrollado este tipo de eventos, le han puesto esfuerzos para que simplemente así como las chicas participan, también los chicos tengan una gran oportunidad.



Los concursos de belleza son una oportunidad increíble de construirte integralmente porque tienes que estar preparado culturalmente, como embajador de tu país, como ejemplo de la sociedad, como una persona educada, respetuosa, inclusiva. Tienes que hacer ejercicio, te tienes que mantener bien y te tienes que ver bien, tienes que cuidarte la piel; es un proyecto increíble y lo que nosotros queremos hacer es que la gente le dé el valor que tiene.

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David Ángel: Coincido muchísimo con Jaime, es una oportunidad para dar a conocer algo más allá de la belleza externa, de la belleza física.

Incluso, yo personalmente, desde que incursioné en los certámenes, siempre fue muy vital el poder dar a proyectar algo más allá de una cara bonita, un cuerpo estético y, en mi persona, cuando decido incursionar en los certámenes fue una introspección a nivel personal, yo me pregunté: ¿para mí qué es ser un modelo?, no solamente como una persona que sale en las pasarelas, sino como un modelo a seguir, ¿Cuáles son los valores, los principios que yo vería en una persona que me inspire a mí? y comencé a trabajar con base en ello, en aquellas cualidades que ya poseía, algunas que tenía que integrar.

Más allá de para una cuestión física, justamente para poder llevar un buen estilo de vida, un estilo de vida sano, no solamente en cuestión de alimentación, de ejercicio; sino de estar ayudando a la sociedad, aportar algo positivo a las personas que me estuvieran viendo y llevar un mensaje. Y pienso que eso ha sido lo más importante para mí el pertenecer a esta nueva generación de modelos que se está abriendo cada vez más en el medio.

Durante su visita a la sala de redacción, los delegados de belleza hablaron sobre romper estereotipos de edad, familia y salud mental.

Jaime, a tus 55 años representás una apertura histórica en este tipo de certámenes...

Estamos en una época en la que la edad ya salió a relucir finalmente. Es lo más normal del mundo, porque hemos sido educados a que una persona mayor está limitada y tiene menos capacidades y es desplazada.

Siento la responsabilidad de visibilizarlo; tengo el honor de ser el mayor del evento, un evento que comprende de 24 a 55 años y no sabes la ilusión que me hace poder ser ejemplo y motivación. Sí, el ejercicio me ha ayudado mucho toda mi vida, pero también quiero ser ejemplo que haciendo ejercicio puedes tener una vida saludable.

 

¿Cómo llegó esta oportunidad, más de tres décadas después de tu primer concurso?

Hace dos semanas el director de Mister Universe International me llama, me encontraron en redes, revisaron mi perfil y él me escribió preguntando si estaba interesado en un concurso. Mi respuesta fue: "¿pero tú sabes que tengo 55 años?". Sin embargo, me llamó, me explicó, él es súper motivador, él cree 100 % en su trabajo y eso también me dio confianza y dije "aquí es". Y para mí es un cierre de una etapa de mi vida, el mejor broche de oro.


 

David, siendo modelo, fotógrafo y conductor, ¿cómo equilibras lo estético con lo auténtico en un mundo tan visual como los certámenes?

Justamente con la parte de los valores. Me considero afortunado de que tuve una formación familiar basada en valores, en principios, sobre todo de mi papá, que también me siento muy orgulloso de portar el mismo nombre que él, que para mí él ha sido un ejemplo a seguir de lo que es ser no solamente un hombre, sino un buen ciudadano.

Todos esos aspectos, todos esos valores se van impregnando en cada una de las cosas que uno va haciendo. Tengo un maestro de oratoria que decía: "Todos somos actores porque ocupamos diferentes roles y en cada uno de esos roles tenemos que ir impregnando nuestra esencia". En el caso del modelaje para mí ha sido esta gran oportunidad de tener una plataforma para compartir un mensaje; además, de difundir la cultura de de Oaxaca, siempre que tengo la oportunidad.

Además, yo soy diagnosticado clínicamente con trastorno depresivo y ansiedad y para mí es muy importante dar a conocer ese tipo de temas y hablarlos, sobre todo en un público masculino. Lamentablemente, a nivel mundial, en los casos de suicidio, los hombres encabezamos las listas con el 80 % de esos casos y para mí eso es muy importante, porque quiere decir que ahí hay una necesidad de hablar acerca de estos temas.

En ese sentido, yo no me considero un ejemplo de perfección, por supuesto estoy mejorando y aprendiendo muchísimas cosas en el camino, pero sí puedo reconocer el trabajo que he hecho a lo largo de mi vida personal y como todas estas cuestiones que he trabajado, de alguna u otra forma las he podido extrapolar al ejercicio, al trabajo en la casa productora, en el modelaje, en la televisión. Siempre veo esta oportunidad de poder impregnar esa esencia de lo que a mí me interesa, formarme como persona para sembrar una semilla de cambio positivo en la gente que me llega a ver.


 
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¿Cómo te ha ayudado el modelaje con la condición que padeces?

Fíjate que para mí fue una oportunidad de poder analizarme más a  profundidad en ¿qué cualidades ya son las que tengo? Okay, las identifico y soy más constante en ello. ¿Qué cosas o qué hábitos de plano son tóxicos o nocivos?, por así decirlo y dejarlos a un lado, ambientes, personas...

Es un cambio, un proceso largo, complejo, también porque en este afán de cuidarse, de tener amor propio, también llegas a caer quizás en el disgusto de las personas que se beneficiaban de tu malestar, y estar en un certamen, en el modelaje, es justamente esa oportunidad de trabajar el amor propio, la seguridad y poder proyectar eso.

Las personas conectan con aquello que es auténtico; entonces, para poder dar un buen mensaje y para que las personas puedan percibir eso antes de que uno tome el micrófono, tienes que causar esa impresión y a mí, por ejemplo, me gusta mucho estudiar la metafísica, las cuestiones de la vibración, porque todos y todo está vibrando a una cierta frecuencia.

El secreto ahí es estar consciente de todo eso, trabajarse en aquellas cosas que te mantienen en ese tipo de estados de felicidad, de gratitud sobre todo. Para mí, eso ha sido lo más importante, el aprender a agradecer las cosas que tengo, las cosas que me suceden, lo positivo, lo negativo, lo agradable y lo desagradable, porque a final de cuentas, todo te puede aportar o también, todo te puede quitar, dependiendo de la actitud con la que tú estés tomando cada situación.

 

¿Cómo fue su primer acercamiento al modelaje y qué fue lo que más los marcó en ese inicio? 

Jaime: En mi caso, antes de participar en 1994, había hecho un anuncio de televisión y una foto de vallas publicitarias y me ofrecieron el concurso, acepté y me fui en secreto, solo mi mamá y mi mejor amiga sabían, nadie más. Era una época difícil en un país machista. El día del concurso me dijeron “Jaime vas vas a quedar en los tres primeros porque quedaste tercero en la en la entrevista, esa noche depende de vos”.


 
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Yo me comportaba serio cuando había que ser serio y las causas me interesan genuinamente, no lo hago por ganar un concurso. En el último ensayo, me quedé pensando, bueno si estoy tan cerca, ¿por qué no? Y se me ocurrió que iba a exigir que en los colegios subieran una carrera que se llamara Comunicación Familiar, que era importante para conectar hijos con padres.

Ahora tocaba regresar a El Salvador con un título de primer Mister Joven, ganador a nivel internacional. Mi papá se enteró cuando abrió el periódico…

 

¿Qué te dijo?

“Explícame qué es eso...”, me estaba esperando en la puerta. Mi papá nunca quiso que mis hermanas fueran ni madrinas sino que si sobresalimos en algo, tenía que ser cultural, música, deporte o artístico. Entonces yo le expliqué que era una cantidad de preguntas de todo, culturales, históricas y que yo gané; me felicitó y se sintió orgulloso de mí. Un año después, me invitan a Singapur para Mister Manhunt. Mi papá padeció cáncer y le dije que no iría porque quería estar con él, estaba bastante grave. “Tenés que ir”, me dijo, “vas a tener mi bendición, pase lo que pase, tenés que ir”. Al final, murió un mes antes; ese concurso fue tan especial porque era la conexión con mi familia. Mi papá estaba ahí acompañándome en espíritu; y quedé entré a los ocho finalistas de 36 países.


 
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En tu caso David, ¿cómo fue el acercamiento al mundo del modelaje y de los certámenes?

Fue gracias a la televisión, cuando comencé a participar en los programas, se acercaban porque en la televisora se hacen muchos convenios con proyectos o empresas emergentes, y gran parte de eso es con emprendedores que tienen su marca de textiles, por ejemplo, como la prenda que traigo ahorita, que es un bordado de Oaxaca. Ahí fueron mis pininos en el modelaje, me tomaban fotos con las guayaberas.

Conocí a Gerardo Ruiz, director estatal del certamen allá y me dijo: ‘Tú estarías muy bien para ser modelo, para ser un míster’. Me explicó de qué se trataba el certamen y me preguntó si me interesaría participar en la próxima convocatoria, a inicios de 2023.

Yo no tenía idea de ese mundo, así que lo pensé y lo hablé con mi hermana Cynthia, que siempre es como mi Pepe Grillo. Le dije que me preocupaba que me vieran solo por el físico, pero ella me animó porque siempre me han gustado las artes escénicas, el teatro, la cámara. Me dijo: ‘Hazlo, experimenta, ganes o no ganes, algo vas a aprender’. Y así fue. Entré al certamen estatal sin saber nada de pasarelas ni de modelaje. Lo único que sentía que se me daba era hablar en público. Todo lo demás lo aprendí en la marcha, durante las dos semanas de concentración. Además del título estatal, me llevé el premio de Mr. Body y el de Mr. Actitud.

El reconocimiento de Mr. Actitud se elegía entre todos los concursantes, cada uno votaba por quien consideraba que tuvo la mejor actitud durante toda la concentración, el que más apoyó al grupo. Fue una decisión casi unánime de mis compañeros, quienes dijeron: “Se lo vamos a dar a David”, porque estuve ayudándolos especialmente en la parte de hablar en público, siempre lo mantuve porque pienso que esto es una oportunidad para ayudar, para aportar.

 


 
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Cuando obtengo el título para representar a Oaxaca, para mí fue una responsabilidad porque en lo personal el nombre de Oaxaca representa mucho por la cultura, las tradiciones, la historia. Decidí prepararme a fondo: desempolvar libros, estudiar con amigos historiadores, conocer más para representar dignamente a Oaxaca, más allá de lo físico. Cuando gané el título nacional, entendí que la responsabilidad era aún mayor, porque ya no solo representaba a Oaxaca, sino a todo México.