Antonio Banderas imprimió su sello personal a la nueva versión del clásico musical de Broadway Godspell, que estrenará el próximo 30 de octubre en el Teatro del Soho en Málaga, su ciudad natal. Con esta obra, el actor busca revivir un mensaje atemporal de amor, perdón, caridad y humildad.

“Esta historia ha sido contada por pintores y músicos de todas las épocas, pero no terminamos de aprender el mensaje del Nuevo Testamento”, afirmó este viernes durante la presentación de la obra, basada en el Evangelio según San Mateo y ambientada originalmente en los años 70.

Banderas explicó que esta nueva puesta en escena incorpora elementos que responden a su propia visión del mundo actual. “Son temas que hoy pueden parecer ñoños, pero siguen teniendo una fuerza enorme. Y no lo digo como cristiano, sino como ciudadano raso”, expresó.

El espectáculo rescata el espíritu de una juventud que, durante la guerra de Vietnam, se levantó para reclamar justicia y paz, una lucha que, según Banderas, sigue vigente. “El mensaje sigue siendo válido”, dijo, al tiempo que explicó que la trama presenta a personas oprimidas que, encerradas, utilizan los Evangelios para imaginar un mundo distinto.

Para el actor, el musical conecta con los desafíos de las nuevas generaciones, aunque reconoce que es complicado atraer a un público joven. “Con los móviles y las tabletas, la gente busca orgasmitos rápidos y les cuesta el teatro, pero si se sientan aquí, hay premio”, apuntó. “El teatro es muy puro, un grupo de gente delante de otro grupo de gente, y nada podrá cambiar eso”.

En esta versión, Banderas ha querido resaltar la dualidad entre Jesús y Judas, a quienes describe como “dos caras de una misma moneda, con un destino que les ha sido dado”. Según explicó, el conflicto entre ambos da profundidad a la narrativa. “Si Jesús hubiese muerto de muerte natural, el cristianismo no existiría. Se necesitaba ese acto de injusticia, y para eso era necesario Judas”, reflexionó.