En una sociedad cada vez más hiperconectada a través de pantallas, una silenciosa epidemia de desconexión emocional aflige a miles de salvadoreños.



Desde la vulnerabilidad de la infancia hasta la fragilidad de la vejez, la falta de vínculos humanos genuinos se ha arraigado en hogares, centros de atención y residencias, dejando una huella invisible pero profunda. No se trata de carencias materiales, sino de la dolorosa ausencia de afecto, escucha activa y presencia real.

La magnitud de este problema, a menudo relegado a las sombras, ha sido comparada por el reconocido neurólogo de Harvard, Álvaro Pascual-Leone, con los efectos nocivos de fumar 15 cigarrillos diarios, subrayando su impacto directo en la salud física y mental.



En el contexto salvadoreño, informes del Ministerio de Salud revelan los altos índices de ansiedad y depresión que sufren los adultos mayores institucionalizados, un reflejo directo de la falta de contacto humano significativo.

Ante este panorama desolador, la ONG Huellas ha lanzado una contundente campaña urbana que busca romper el silencio y despertar la conciencia colectiva. Con una pregunta tan simple como inquietante: "¿Estás ahí?", la iniciativa ha inundado el espacio público, actuando como un espejo que interpela a una ciudadanía absorta en la vorágine digital.

Lejos de los esquemas publicitarios tradicionales, la pregunta se erige como una señal de alerta, invitando a la reflexión profunda sobre la calidad de nuestras conexiones humanas.

"¿Estamos realmente presentes para quienes nos rodean? ¿Somos conscientes del vacío que puede generar nuestra ausencia emocional?", parecen cuestionar los carteles y las intervenciones urbanas que han comenzado a generar un eco palpable en la sociedad salvadoreña.

La campaña "¿Estás ahí?" no busca ofrecer soluciones inmediatas, sino más bien sembrar la semilla de la empatía y la responsabilidad afectiva. Al poner en el centro de la discusión pública la problemática de la soledad emocional, Huellas aspira a movilizar a individuos, familias y comunidades a reconsiderar sus prioridades y a construir lazos más fuertes y significativos. En un mundo donde la conexión virtual a menudo suplanta la interacción real, esta campaña se alza como un llamado urgente a recuperar la calidez del contacto humano y a responder con un sentido "aquí estoy" a quienes más lo necesitan.