Al menos 60,000 personas privadas de libertad en Cuba, casi la mitad de su población penitenciaria estimada, son obligadas a realizar trabajos forzados sin salario o con pagos simbólicos, en condiciones consideradas “inhumanas y explotadoras”, denunció este lunes la organización Prisoners Defenders en un nuevo informe.

El Primer Informe Integral sobre el Trabajo Forzoso en las Prisiones en Cuba, de 42 páginas, está basado en 53 entrevistas estandarizadas a exreclusos y 60 testimonios adicionales, verificados mediante fuentes documentales externas. La ONG afirma que los reos, incluidos presos comunes y políticos, laboran bajo “condiciones de esclavitud”, violando todas las normas internacionales sobre derechos laborales.

El reporte indica que los prisioneros trabajan en promedio 63 horas semanales en la producción de carbón vegetal de marabú, la zafra de caña de azúcar, la elaboración de tabacos y la construcción. La mayoría aseguró no tener herramientas ni protección, ni acceso a descansos adecuados, lo que ha provocado daños físicos y mentales.

Todos los entrevistados dijeron haber sido obligados a trabajar mediante amenazas, violencia física o represalias, incluso cuando padecían enfermedades crónicas o lesiones incapacitantes. La investigación también subraya que mujeres y afrodescendientes son desproporcionadamente afectados por esta práctica, y enfrentan discriminación agravada y violencia, incluida la sexual.

Exportaciones a Europa bajo sospecha

Una parte significativa del producto del trabajo forzado en cárceles cubanas es exportado, según la ONG. Solo en 2023, Cuba exportó $61.8 millones en carbón vegetal de marabú, lo que lo convirtió en el sexto producto más exportado por la isla y posicionó al país como el noveno mayor productor mundial de este insumo.

España encabeza la lista de países europeos que importan el carbón cubano, seguida de Portugal, Grecia, Italia y Turquía. Parte de este producto también llega a Francia, Alemania, Reino Unido y Países Bajos. Según el informe, por cada saco de 15 kilos vendido en España, un reo cubano recibe menos de un centavo de dólar, mientras que los distribuidores en Europa ganan más de $21 y el gobierno cubano cerca de $8.

Prisoners Defenders calificó como “desmedido ánimo de lucro” las motivaciones del gobierno cubano y las empresas europeas implicadas. Además, pidió a la Unión Europea actuar con “diligencia debida” y prohibir la comercialización de productos elaborados en condiciones de esclavitud.

El informe también denuncia que al menos un 7.5 % de los puros cubanos, incluidos los de marcas reconocidas como Cohiba, son elaborados por presos bajo coerción, y también se exportan a distintos mercados del mundo.