Cerca de una tercera parte de los centros urbanos en México pierde población, mientras las periferias crecen de forma acelerada, lo que pone en riesgo la sostenibilidad de las ciudades a largo plazo, advirtió el jueves José Antonio Torre, director del Centro para el Futuro de las Ciudades del Tecnológico de Monterrey.

“Hay una expansión acelerada hacia las periferias y las zonas centrales de las ciudades pierden población. Estamos hablando de que, en promedio, el 30 % de las ciudades pierde habitantes en sus áreas céntricas”, explicó Torre en entrevista con EFE durante la inauguración del nuevo centro de investigación en el campus Guadalajara.

El especialista indicó que el fenómeno se repite en al menos 70 ciudades mexicanas, donde la pérdida de población en los centros urbanos implica también menor acceso a servicios básicos, empleo, escuelas y hospitales públicos, a pesar de que estas zonas concentran la mayor infraestructura.

Torre señaló que la falta de vivienda accesible en zonas centrales agrava el problema. Muchas casas son demasiado grandes, están abandonadas o en malas condiciones, lo que abre la puerta a la gentrificación, un proceso que, según ONU-Hábitat, desplaza a los habitantes de bajos ingresos tras la llegada de población de clase media o alta en áreas renovadas.

“Lo que hemos encontrado es que existe un impedimento regulatorio para construir vivienda adecuada para las nuevas generaciones. Estamos trabajando con autoridades locales para modificar estas normativas y generar condiciones que permitan recuperar los centros urbanos”, subrayó.

Estrategias en ciudades mexicanas

El Centro para el Futuro de las Ciudades colabora ya con autoridades de urbes como Mexicali (Baja California), Culiacán (Sinaloa) y la zona metropolitana de Monterrey (Nuevo León), con el objetivo de diseñar estrategias que fortalezcan la vida en las zonas céntricas.

Torre insistió en que se trata de un desafío urgente de política pública que no se resolverá únicamente con más infraestructura o tecnología.

“Estamos persiguiendo con tecnología y muchos recursos el problema equivocado. La tecnología debe servir para entender las causas de estos efectos perversos y atenderlos de raíz”, concluyó.