El Gobierno de Rusia respondió con cautela al ultimátum de 50 días lanzado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aunque insiste en que Washington actúa bajo fuertes presiones de la OTAN y la Unión Europea, a quienes acusa de avivar la guerra en Ucrania.

“El mensaje del presidente de EE.UU. es muy serio. Una parte estuvo dirigida personalmente al presidente Vladímir Putin”, declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, quien subrayó que Moscú necesita tiempo para analizar el discurso emitido desde Washington.

Pese a la gravedad del mensaje, el Kremlin se muestra escéptico sobre un cambio definitivo en la postura estadounidense y mantiene la esperanza de que Trump recupere una línea más favorable hacia Rusia.

Acusaciones contra Occidente y presión sobre Trump

Desde Pekín, el canciller ruso Serguéi Lavrov acusó a la UE y la OTAN de ejercer una “enorme presión” sobre Trump para endurecer su política exterior. Lavrov calificó de “indecente” esta presión orientada a suministrar armamento ofensivo a Ucrania, e insinuó que Trump no actúa con plena autonomía.

Por su parte, el viceministro de Exteriores Serguéi Riabkov rechazó tajantemente lo que denominó “un ultimátum inaceptable” y afirmó que, de fracasar la vía diplomática, Rusia continuará su operación militar especial en territorio ucraniano.



El Kremlin insiste en que Ucrania no ha propuesto una fecha para la reanudación de negociaciones en Estambul, donde ya se celebraron dos rondas previas que resultaron en canjes de prisioneros y cuerpos. Moscú sostiene que el formato de Estambul sigue siendo válido, a pesar de que Kiev lo considera agotado.

“Parece que las decisiones adoptadas por Washington y Bruselas son vistas por Kiev no como un llamado a la paz, sino como una señal para continuar la guerra”, señaló Peskov, reforzando la narrativa rusa de que el conflicto se prolonga por culpa de Occidente.

Sanciones y alianzas estratégicas

Frente a la amenaza de nuevas sanciones occidentales, Lavrov declaró que Rusia ya ha resistido medidas “sin precedentes” y seguirá haciéndolo. También defendió la independencia de sus socios comerciales, China e India, asegurando que no cederán ante presiones internacionales ni abandonarán sus compromisos bilaterales.

Una preocupación adicional es el posible suministro de misiles Tomahawk y baterías Patriot por parte de EE.UU. a Ucrania, lo cual podría marcar un punto de inflexión en el conflicto, según medios estadounidenses.

Mientras tanto, Putin guarda silencio, aunque se espera una declaración en los próximos días si considera necesario responder formalmente al ultimátum.