Un primer grupo de diez personas desapareció el pasado 22 de octubre tras desplazarse a una comunidad rural del municipio de Chilapa para vender mercadería, según reportes de sus familiares.
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Cuatro días después, las madres de los menores, acompañadas por vecinos, salieron en su búsqueda pero también se les perdió el rastro.
En el área donde se produjeron las desapariciones operan Los Ardillos, un grupo dedicado al narcotráfico y la extorsión, según autoridades de Guerrero, al que pertenece Chilapa.
La Fiscalía estatal publicó fichas de búsqueda de 14 personas, cuyas edades oscilan entre los 13 y 53 años, pero familiares reportaron en total 17 casos durante una protesta este viernes en la ciudad de Chilpancingo, capital de Guerrero.
La manifestación para exigir celeridad en las pesquisas tuvo lugar frente a la sede de la Fiscalía, en cuyas inmediaciones fue abandonada más temprano una camioneta con tres cuerpos desmembrados y metidos en bolsas.
Las autoridades no han establecido ninguna relación entre este hallazgo y las desapariciones en Chilapa.
Guerrero, con una vasta cordillera y costas sobre el Pacífico, vive una escalada de violencia por luchas entre bandas que se disputan el control del tráfico de drogas y otras actividades criminales.
El 6 de octubre, apenas seis días después de asumir el cargo, el alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos, fue decapitado. La cabeza del funcionario, de 43 años, fue abandonada en el techo de un vehículo.
Desde diciembre de 2006, cuando se lanzó un polémico operativo militar antidrogas, suman más de 450.000 las muertes violentas y decenas de miles las desapariciones en México, según cifras oficiales.