Kamala Harris advirtió este jueves que Donald Trump es "inestable" y persigue "un poder desmedido", durante un discurso en el mismo lugar donde el candidato republicano motivó a sus seguidores cuando era presidente, justo antes del ataque al Capitolio el 6 de enero de 2021.

"Este no es un aspirante a la presidencia que se preocupe por mejorar la vida de los ciudadanos. Es una persona inestable, obsesionada con la venganza, consumida por el resentimiento y en busca de un poder desmedido", expresó la candidata demócrata a la Casa Blanca ante una multitud que agitaba banderas.
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En La Elipse, al sur de la Casa Blanca, donde se coloca el tradicional árbol de Navidad, la exfiscal afirmó que Trump "planea utilizar el ejército" contra aquellos "estadounidenses que simplemente no están de acuerdo con él", a quienes él se refiere como "el enemigo interno".

En menos de 90 días, uno de los dos estará en el Despacho Oval. "El primer día, si Donald Trump es elegido, entrará en esa oficina con una lista de enemigos, mientras que yo entraré con una lista de tareas", les dijo a los presentes, protegida por pantallas a prueba de balas.

Su principal prioridad: reducir los precios, adelantó la vicepresidenta.

"Nación de migrantes"

La migración es el tema de Trump. El republicano de 78 años culpa a los migrantes en situación irregular de todos los problemas del país, afirmando que "envenenan la sangre" de Estados Unidos y se llevan a las mascotas.

La migración ilegal en la frontera con México es una preocupación para los estadounidenses, aunque menos que la economía, algo que Harris tiene claro.

Este martes prometió colaborar "con demócratas y republicanos para convertir en ley el proyecto de seguridad fronteriza que Donald Trump desechó".

"Cuando sea presidenta, expulsaremos rápidamente a quienes ingresen al país ilegalmente, procesaremos a los cárteles y brindaremos el apoyo necesario a la patrulla fronteriza", añadió.

Sin embargo, "al mismo tiempo, debemos reconocer que somos una nación de migrantes", afirmó la posible primera mujer negra presidenta de Estados Unidos.

Se comprometió a trabajar con el Congreso para aprobar una reforma migratoria que incluya un camino hacia la ciudadanía para migrantes como "los trabajadores agrícolas" y los "soñadores", aquellos que llegaron de niños a Estados Unidos.

"Si me dan la oportunidad de luchar por ustedes, no habrá nada en el mundo que se interponga en mi camino", declaró la vicepresidenta ante unas 75,000 personas, según estimaciones de su equipo de campaña.

"Festival de amor"


El lugar elegido es muy simbólico. Allí fue donde Trump instó a sus seguidores a "luchar como demonios" en 2021. Posteriormente, muchos se dirigieron al Capitolio para interrumpir la certificación de la victoria de Joe Biden, en un asalto que dejó 140 policías heridos

Cuando Harris entró en campaña en julio pisó fuerte el acelerador, permitiendo al partido levantar el ánimo y tomar la delantera en los sondeos nacionales, pero con el paso de las semanas la ventaja se ha erosionado.

Ahora están igualados en los sondeos, con empate técnico en los siete estados bisagra o pendulares que decidirán el resultado de las elecciones, en las que ya votaron más de 50 millones de personas por anticipado.

Trump se dio cita en Allentown, en Pensilvania, quizás el más importante de los estados bisagra y que cuenta con medio millón de puertorriqueños, furiosos con los republicanos desde que un humorista los insultó en un mitin diciendo que Puerto Rico es "una isla flotante de basura".

Este martes Trump calificó ese mitin de "festival de amor".

"Los políticos que llevan haciendo esto mucho tiempo -30 y 40 años- dijeron que nunca había habido un acto tan bonito. Fue como un festival de amor, un absoluto festival de amor, y fue un honor para mí participar", afirmó en un acto de campaña en su mansión de Florida.

Trump prometió "luchar como locos los próximos siete días".

"Vamos a salvar a Estados Unidos, no tenemos otra opción", afirmó, y acusó a su rival de contar "mentiras".

Trump se encuentra a la defensiva por las acusaciones de su exjefe de gabinete de la Casa Blanca, que asegura que encaja en la definición de fascista y que en el pasado elogió a Adolf Hitler.

"Yo no soy un nazi", se defendió Trump el lunes en un mitin.

El miedo a que se repita el caos de hace cuatro años y Trump vuelva a negarse a aceptar el resultado si pierde pesa mucho sobre las elecciones.

Por de pronto el republicano hizo su primera afirmación infundada de fraude electoral, alegando sin pruebas que ha habido irregularidades en Pensilvania.

"Realmente 'cosas' malas ¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN PENSILVANIA???", cuestionó en la red social X.