Más del 44 % de los migrantes deportados por la frontera de Arizona en los últimos tres meses habían residido en los Estados Unidos por más de diez años, reveló un informe de la organización binacional Iniciativa Kino para la Frontera.
El reporte, titulado “Ni siquiera me dejaron decir adiós”, se elaboró con base en una encuesta a 278 migrantes expulsados entre mayo y julio. De ellos, un 85 % eran hombres, y al menos un 40 % afirmó haber dejado a un familiar cercano en EE.UU., entre ellos esposas, hijos o padres.
La investigación detalla que una de cada dos deportaciones fue consecuencia de operativos callejeros o procesos en cortes de Inmigración, encabezados por agentes de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE). Varios encuestados denunciaron malos tratos y traslados por múltiples centros de detención antes de ser enviados a la frontera.
Otro 33 % de los casos se originó en detenciones de tránsito, producto de la colaboración entre agencias locales y ICE. El 60 % de los arrestos ocurrieron en Arizona, mientras que el resto provinieron de estados como California, Florida, Nevada, Oregón, Texas y Washington.
El informe resalta que un 8 % de los deportados llevaban más de 30 años viviendo en Estados Unidos, lo que refleja la magnitud del impacto en familias consolidadas durante décadas.
La organización denunció que las políticas del presidente Donald Trump han incrementado las redadas y detenciones masivas de migrantes desde su regreso a la Casa Blanca en enero. Según cifras oficiales de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), en mayo pasado se registró un promedio de 3,800 detenciones diarias en la frontera.
Con este panorama, la Iniciativa Kino advirtió que las medidas actuales profundizan la crisis humanitaria en la frontera de Arizona, dejando a miles de familias divididas y vulnerables.