La frágil democracia de Honduras enfrenta el reto de que sus instituciones garanticen elecciones transparentes, legítimas y pacíficas, indicó este miércoles el Centro de Estudios para la Democracia (Cespad), en un análisis sobre los comicios primarios e internos de marzo, y los generales de noviembre.



Con elecciones "transparentes, legítimas y pacíficas" se evitaría "que se profundice la desconfianza ciudadana y se abran las condiciones para una precrisis o crisis política nacional", advirtió el Cespad, un organismo no gubernamental.

En las elecciones primarias del pasado 9 de marzo, los tres partidos mayoritarios, Libertad y Refundación (Libre, en el poder), Nacional y Liberal, escogieron a sus candidatos para cargos de elección popular en las generales del 30 de noviembre, en la que competirán cinco partidos.



Conforme al cronograma, el Consejo Nacional Electoral (CNE) convocó el 29 de mayo a los comicios de noviembre para elegir a un presidente de la República, tres vicepresidentes, 298 alcaldías municipales, 128 diputados al Parlamento local y 20 al Parlamento Centroamericano.

El Cespad señaló que el inicio de este proceso "ocurre en un contexto cargado de tensiones, caracterizado por la fragilidad institucional, la desconfianza ciudadana y la falta de señales claras de corrección respecto a las fallas evidenciadas en las recientes elecciones primarias".

"Lejos de representar un punto de inflexión, los meses posteriores al proceso del 9 de marzo han estado caracterizados por la continuidad de los riesgos ya advertidos: falta de consensos políticos, decisiones técnicas condicionadas por intereses partidarios, improvisación operativa, vacíos normativos, debilidades en fiscalización y una creciente polarización", resalta el estudio.

El análisis también identifica los principales riesgos que persisten o emergen en torno a las elecciones generales, sistematiza las lecciones aprendidas del proceso primario y presenta recomendaciones concretas dirigidas a los actores institucionales responsables del desarrollo del proceso.

"Más que una evaluación retrospectiva, se trata de una lectura crítica y prospectiva que busca contribuir a la toma de decisiones oportunas, sustentadas en evidencia, con el fin de evitar la repetición o agravamiento de una crisis electoral que podría tener consecuencias profundas para la estabilidad democrática del país", agrega.

Las elecciones de noviembre serán las duodécimas desde que el país centroamericano retornó al orden constitucional, en 1980, después de casi dos décadas de regímenes militares.

Según el estudio del Cespad, uno de los riesgos proyectados hacia las elecciones generales de noviembre, es la deficiente planificación, acreditación y capacitación del personal operativo electoral, especialmente de los custodios informáticos, custodios electorales y miembros de las juntas receptoras de votos.

Además, advierte que si no se toman las medidas correctivas oportunas, en noviembre se podrían repetir "una serie de fallos logísticos e institucionales" que se registraron en los comicios primarios e internos de marzo, cuando en Tegucigalpa y San Pedro Sula, las dos ciudades más importantes del país, el material electoral no llegó a algunas mesas hasta en horas de la noche.

En Tegucigalpa, por ejemplo, muchas maletas con material electoral anduvieron circulando por la ciudad en autobuses del servicio urbano contratados a última hora, cuando la custodia, vigilancia y distribución de todo el material le corresponde a las Fuerzas Armadas, que se pusieron a disposición del CNE con un mes de anticipación, conforme a ley.

El análisis del Cespad recoge más de una decena de capítulos, entre los que sobresalen riesgos de gestión institucional, déficit en la capacitación de custodios y miembros de las juntas receptoras de votos; falta de creación de protocolos especiales y reglamentos técnicos que rijan el proceso; riesgos operativos y logísticos, fallas logísticas en la entrega de materiales electorales y aumento de la violencia electoral.