El comodoro Jay Tarriela, portavoz de los guardacostas de Filipinas, denunció este miércoles el “acoso” de China en el Mar de China Meridional, en medio de una escalada de tensiones marcada por incidentes como la reciente colisión de dos buques chinos mientras perseguían a una nave filipina.
El conflicto enfrenta a China, con una de las flotas de guardacostas más poderosas del mundo, contra un archipiélago con recursos limitados. Filipinas cuenta apenas con dos navíos de 97 metros y varias embarcaciones menores, frente a gigantescos buques chinos de hasta 165 metros.
La disputa involucra una zona estratégica que concentra el 12 % de los caladeros mundiales y cerca del 30 % del comercio global, lo que refuerza la importancia geopolítica del mar de China Meridional.
Manila acusa a Pekín de violaciones flagrantes del derecho internacional, mientras que China sostiene que Filipinas alimenta las tensiones con el apoyo militar de aliados como Estados Unidos y Australia.
Transparencia como estrategia
Desde 2023, tras un incidente con un láser militar chino contra un buque filipino, Filipinas adoptó una política de transparencia para denunciar cada hostigamiento. Videos e imágenes de colisiones y persecuciones son difundidos públicamente para alertar tanto a la población como a la comunidad internacional.
“Este esfuerzo de transparencia realmente es un dolor de cabeza para (el presidente chino) Xi Jinping. Le está siendo difícil que el pueblo filipino se quede en silencio mientras nos acosa”, declaró Tarriela a EFE.
En agosto de este año, Tarriela compartió en la red social X un video que mostraba cómo un barco de la Guardia Costera China colisionaba con un navío militar de Pekín mientras perseguía a gran velocidad a un buque filipino.
La política de visibilizar los incidentes ha sido respaldada por el presidente Ferdinand Marcos Jr., quien asumió en 2022 y ha reforzado los lazos de defensa con Washington bajo el Pacto de Defensa Mutua.
China mantiene presión pese a denuncias
A pesar de dos años de denuncias públicas, Pekín no ha reducido su agresividad en las aguas disputadas, según Tarriela. Al contrario, en 2024 se percibió una mayor hostilidad contra barcos pesqueros filipinos, lo que ha elevado las preocupaciones de seguridad en la región.
“Llegamos a preguntarnos si la transparencia era culpable de la respuesta agresiva de China”, admitió el portavoz, aunque subrayó que la estrategia busca prevenir que otros países del Sudeste Asiático sufran el mismo acoso en silencio.
“Si Indonesia, Malasia, Vietnam o Brunéi comenzaran también a revelar estas acciones, sería un desastre para Pekín”, concluyó Tarriela.