La capa de ozono, ese frágil escudo atmosférico ubicado a unos 25 kilómetros de altura y vital para proteger la vida en la Tierra de la radiación ultravioleta, muestra claros signos de recuperación, aunque aún tardará medio siglo en volver a los niveles previos a 1980, explicó Alberto Redondas, científico del Observatorio Atmosférico de Aemet en Izaña (Tenerife).

En el marco del Día Mundial de la Preservación de la Capa de Ozono, cuyo lema este año es “De la ciencia a la acción global”, Redondas destacó la importancia de los acuerdos internacionales, como el Protocolo de Montreal, que prohibió el uso de los clorofluorocarbonos (CFCs), gases responsables de destruir el ozono.

El especialista explicó que la recuperación de la capa de ozono avanza con fluctuaciones anuales. Por ejemplo, en 2023 el agujero de ozono en la Antártida fue de los más grandes registrados, mientras que en 2024 fue de los más pequeños. En 2025, se sitúa en valores cercanos al promedio.

No obstante, advirtió que fenómenos como erupciones volcánicas, incendios forestales masivos o basura espacialpueden afectar negativamente este proceso.

“La humanidad está viva gracias a la capa de ozono, que bloquea la radiación ultravioleta del sol capaz de dañar el ADN”, enfatizó Redondas. Sin esta barrera, los ecosistemas terrestres y marinos no habrían podido desarrollarse.

Un debilitamiento del ozono tendría graves consecuencias: aumento del cáncer de piel, cataratas, debilitamiento del sistema inmunológico y alteraciones en el fitoplancton, base de la cadena alimenticia marina.

El científico explicó que el cambio climático y la capa de ozono están estrechamente relacionados. El agujero de ozono ha modificado los patrones de lluvia en el hemisferio sur, mientras que el aumento de CO₂ enfría la estratosfera, ralentizando la destrucción del ozono, pero afectando la circulación atmosférica, lo que deja a las regiones tropicales más vulnerables.

Aunque la mayor parte del trabajo se hizo en los años 80 al prohibir los CFCs, hoy el reto principal es frenar el cambio climático, considerado la amenaza indirecta más grave para la capa de ozono.

Redondas recordó que en los 90 el agujero de ozono era noticia mundial, pero la atención mediática ha disminuido. Aun así, campañas sobre la prevención del cáncer de piel mantienen viva la conciencia social sobre la importancia de este tema ambiental.