La decisión de cerrar el caso del multimillonario Jeffrey Epstein, acusado de tráfico sexual de menores, ha detonado una ola de indignación entre las bases del movimiento Make America Great Again (MAGA), generando la mayor fractura interna con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desde que inició su ascenso político.

La Casa Blanca intentó contener la crisis este jueves con una conferencia encabezada por la portavoz presidencial Karoline Leavitt, quien aseguró que el Gobierno “ha sido transparente” y que tanto el Departamento de Justicia como el FBI concluyeron que no existe una lista de Epstein con clientes involucrados en la red criminal. “No hay lista, no hay nombres ocultos”, enfatizó Leavitt.

Durante su campaña presidencial, Trump había prometido revelar dicha agenda, que según teorías difundidas en redes sociales incluiría a celebridades y figuras políticas de alto perfil. Sin embargo, el carpetazo al caso por parte de la fiscalía y el FBI ha generado un fuerte malestar en los círculos más radicales del trumpismo, que ahora acusan traición.

El malestar se agudizó luego que el magnate Elon Musk insinuara —sin presentar pruebas— que el propio presidente Trump aparecería en el supuesto listado de Epstein, reviviendo la presión para que se revele el contenido de los archivos del caso.



Jeffrey Epstein fue hallado sin vida en una cárcel de Nueva York el 10 de agosto de 2019. EP

Trump marca distancia con sus bases

Lejos de ceder ante las presiones, el presidente Donald Trump defendió a su fiscal general, Pam Bondi, blanco de las críticas, y declaró que “ya no quiere el apoyo” de quienes insisten con una agenda que calificó como “una estafa montada por los demócratas”.

No obstante, la plataforma Truth Social, creada por el propio Trump para comunicarse con sus seguidores, se ha convertido en epicentro de exigencias para que se publique la lista de Epstein. Algunos usuarios recuerdan la cercanía que existió entre Epstein y Trump en la década de los 90.

En un hecho inusual, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, también aliado de Trump, instó públicamente a que “se exponga todo” lo relacionado con el caso. A su vez, Laura Loomer, asesora del presidente y figura de la ultraderecha, pidió designar a un fiscal especial para reabrir la investigación y evitar que el tema “consuma” su presidencia.

La controversia escaló con el despido de la fiscal federal Maurene Comey, quien participó en la indagación original sobre Epstein, detenido en 2019 por tráfico sexual y hallado muerto en prisión, en un aparente suicidio. Su socia, Ghislaine Maxwell, fue condenada por cargos similares.

Ucrania e Irán: más tensiones internas

Además del caso Epstein, las políticas exteriores del presidente también han generado tensiones con el ala dura del movimiento MAGA. La reanudación del envío de armas a Ucrania y el reciente bombardeo contra instalaciones nucleares en Irán han sido criticados por figuras claves del trumpismo.

La congresista Marjorie Taylor Greene expresó que “MAGA entregó la mayoría a los republicanos para evitar más guerras extranjeras, ¡pero los neoconservadores se han apropiado del movimiento!”. Las declaraciones reflejan un creciente descontento con decisiones que, según sus seguidores, traicionan el lema de campaña “Estados Unidos primero”.

El periodista Tucker Carlson también cuestionó el ataque contra Irán del 22 de junio, comparándolo con la fallida guerra de Irak. En respuesta, Trump se burló de Carlson y le sugirió “buscar otro canal donde trabajar”.