El abuso de auriculares y la exposición a ruidos intensos en conciertos y discotecas están poniendo en riesgo la salud auditiva de los jóvenes. Según la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), el 50 % de la población joven podría sufrir pérdida de audición debido a estos hábitos.



En el marco del Día Mundial del Cuidado del Oído y la Audición, que se conmemora el 3 de marzo, la SEORL-CCC advirtió que la sordera en adultos también se relaciona con la exposición prolongada a sonidos de alta intensidad, la falta de hábitos saludables y el consumo excesivo de fármacos ototóxicos.

Las cifras son alarmantes: un tercio de la población mundial y el 75 % de los habitantes de ciudades industrializadas padecen algún grado de sordera o pérdida auditiva derivada del ruido excesivo, según datos de la SEORL-CCC.



¿Cuándo el ruido se vuelve un peligro para la audición?



La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que el límite de ruido aceptable para la salud general es de 65 decibelios (dB), equivalente al sonido de una aspiradora, mientras que el umbral para garantizar una buena audición es de 80 dB. La exposición prolongada a niveles superiores a 85 dB puede causar daños auditivos permanentes.

Para ponerlo en perspectiva, el tráfico rodado puede alcanzar entre 80 y 85 dB, el uso de auriculares o una sierra eléctrica llega a 95 dB (con riesgo de lesión si la exposición se prolonga más de dos horas) y una discoteca o pirotecnia alcanza los 110 dB (con daño inmediato). Un concierto de rock o un taladro pueden generar hasta 120 dB, lo que implica riesgo de lesión auditiva en apenas siete minutos.

Ante este panorama, la SEORL-CCC recomienda a quienes noten pérdida auditiva acudir a un especialista en otorrinolaringología para recibir una evaluación y encontrar la solución más adecuada a su caso.