El Gobierno de Estados Unidos anunció planes para construir cinco nuevos megacentros de detención para migrantes, similares al polémico recinto inaugurado recientemente en Florida y apodado por activistas y opositores como ‘Alligator Alcatraz’.

La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, confirmó que la administración del presidente Donald Trump ya mantiene conversaciones con cinco estados gobernados por republicanos para replicar el modelo aplicado en los humedales del sur de Florida. “Estamos trabajando para extender esta estrategia en más territorios con gobiernos estatales comprometidos con la seguridad fronteriza”, afirmó.

Estas declaraciones llegan tras las declaraciones de Stephen Miller, principal asesor migratorio del presidente Trump, quien en entrevista con Fox News instó a los gobernadores republicanos a contactar al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para facilitar la construcción de nuevos centros.

“Levanten el teléfono, llamen a DHS, trabajen con nosotros para construir instalaciones en su estado y que podamos sacar a los ilegales y los criminales”, dijo Miller.

El centro de detención en Florida ha sido objeto de fuertes críticas por parte de legisladores demócratas y organizaciones defensoras de los derechos humanos, debido a las condiciones infrahumanas que enfrentan los migrantes detenidos. El recinto se encuentra en una reserva de humedales infestada de reptiles, lo que ha incrementado la polémica.

El sábado, un grupo de legisladores federales y estatales de Florida denunció que cerca de 750 migrantes se encuentran “en jaulas” dentro del recinto, luego de realizar una inspección en el lugar. Aunque el sitio fue abierto a los congresistas, la prensa aún tiene prohibido el acceso.

Los primeros reportes de migrantes detenidos en Alligator Alcatraz detallan altas temperaturas, humedad extrema, escasez de agua potable y alimentos en mal estado, además de carpas improvisadas como zonas de confinamiento. Estas condiciones han sido calificadas como “inhumanas” por los mismos migrantes y organizaciones civiles.

A las críticas se sumó recientemente la Arquidiócesis de Miami, que calificó el nuevo centro de detención como un proyecto “corrosivo” e “inapropiado” para la dignidad humana.