La histórica Ala Este de la Casa Blanca fue demolida por completo este jueves para dar paso a un nuevo salón de baile, una obra impulsada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que albergará actos oficiales de gran formato.
Las labores de demolición, iniciadas el pasado lunes, concluyeron con la intervención de grúas que retiraron los últimos vestigios del ala construida en 1902 bajo la presidencia de Theodore Roosevelt. El nuevo espacio proyectado tendrá una extensión de aproximadamente 8,000 metros cuadrados y capacidad para 900 personas.
El proyecto tendrá un costo estimado de $300 millones, y según la Casa Blanca, será financiado a través de donantes privados y del propio presidente Trump. La firma McCrery Architects estará a cargo del diseño, que mantendrá el estilo neoclásico estadounidense del edificio presidencial.
El Ala Este sirvió durante más de un siglo como punto de acceso formal a la residencia presidencial, así como sede de la oficina de las primeras damas desde la época de Eleanor Roosevelt. En 1942, el presidente Franklin D. Roosevelt ordenó una ampliación que incluyó la incorporación de un búnker subterráneo.
La decisión de demoler esta parte emblemática del inmueble ha generado reacciones. El Fideicomiso Nacional para la Preservación Histórica, una organización sin fines de lucro, solicitó suspender el proyecto hasta que se cumplan los procesos de revisión pública y consulta legal requeridos por ley.
