El dirigente opositor nicaragüense desnacionalizado Félix Maradiaga dijo este miércoles que el codictador de Nicaragua, Daniel Ortega, tiene un "aislamiento enfermizo del mundo civilizado" y un "profundo desprecio por el derecho internacional", tras anunciar que expulsará del país a los embajadores acreditados en Managua que se "entrometan" en sus asuntos internos.
"Las más recientes declaraciones del dictador Daniel Ortega, amenazando con expulsar a cualquier diplomático que "se entrometa en los asuntos internos" de Nicaragua, no son otra cosa que una confirmación de su aislamiento enfermizo del mundo civilizado y su profundo desprecio por el derecho internacional", señaló Maradiaga -quien fue excarcelado y expulsado a Estados Unidos por las autoridades nicaragüenses el 9 de febrero de 2023 junto a otras 221 personas- en una declaración.
"Este tipo de amenazas no son nuevas, sino parte de un patrón sistemático de agresión a la comunidad internacional que se ha atrevido a denunciar sus crímenes", agregó el también presidente de la Fundación para la Libertad de Nicaragua.
Maradiaga recordó que Ortega ha expulsado a embajadores, cerrado oficinas de derechos humanos, disuelto más de 5,670 organizaciones de la sociedad civil —incluyendo universidades, congregaciones religiosas y organizaciones humanitarias—, "y ahora lanza improperios musicales como si una canción de propaganda pudiera sustituir el principio de legalidad internacional".
"Lo más grotesco de este discurso es que se atreve a hablar de soberanía quién ha hipotecado la nación a intereses extranjeros", continuó.
Según el dirigente opositor, "Ortega no ha tenido reparo alguno en permitir la injerencia descarada de regímenes autoritarios como Cuba, Rusia y China en los asuntos más sensibles del Estado nicaragüense".
"Ha entregado datos, infraestructura estratégica, y hasta territorio nacional, en nombre de alianzas ideológicas que no buscan el bien de Nicaragua, sino el control absoluto de su pueblo", denunció.
Maradiaga instó a la comunidad internacional "a no ceder ante la intimidación" y añadió: "No es momento de retroceder, sino de redoblar esfuerzos para que Nicaragua vuelva a ser una república libre, no un enclave del capricho dictatorial".
