Ricardo Poma, presidente de Grupo Poma, invitó este jueves a los empresarios salvadoreños a no ser “simples empresarios espectadores” de la realidad sino a convertirse en “actores comprometidos” para impulsar el desarrollo social.

“Los empresarios no podemos ser simples espectadores de lo que ocurre a nuestro alrededor. Tenemos la responsabilidad de ser actores comprometidos poniendo al servicio del país nuestro tiempo, experiencia y recurso para provocar las transformaciones necesarias que impulsen el progreso social”, indicó el empresario y filántropo.
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Esta declaración fue parte de su discurso en la conmemoración de los 40 años de la Fundación Poma, el brazo filántropo del conglomerado compuesto por Excel, Grupo Roble, Real Hotels & Resort, Solaire y Autofácil, con presencia en Centroamérica, Colombia, República Dominicana y Estados Unidos.

A través de Fundación Poma, creada en medio del conflicto armado en 1984, el grupo lidera programas de salud, educación y cultura, que han dejado huella en el desarrollo económico y social de los salvadoreños.

“En Fundación Poma los sueños convergen en una visión compartida: forjar un futuro más comprometedor para todos. Nuestra visión primordial es trabajar incansablemente para que las aspiraciones y el esfuerzo de las personas encuentren un entorno fértil, lleno de oportunidades”, añadió Poma.

En cuatro décadas, la familia Poma se convirtió en un referente con la creación en 1986 de la Fundación Salvadoreña para la Salud y el Desarrollo Humano (Fusal), encargada de canalizar ayuda humanitaria para las comunidades vulnerables.

También, en 1994, creó la Escuela Superior de Economía y Negocios (ESEN), mientras que en 2007 creó fondos de becas para estudiantes de bajos recursos económicos.