El grano salvadoreño se cotiza a través del Contrato C, un mecanismo en la bolsa para el arábica suave que entregan 19 países a precios a futuro. La cotización es altamente especulativa a merced de las condiciones del mercado. Si el dólar se fortalece, si los países productores reportan pérdidas o mayor cosecha, o si hay problemas en la cadena logística, todo influye en el precio.
Esta camándula de problemas ha llevado a que el precio rebase por primera vez los $403, un 113.5 % de crecimiento sobre el valor de hace un año, cuando el 6 de febrero de 2024 la cotización se situaba en $188.
“De qué nos sirve tener buenos precios, que no nos cae mal, si no tenemos café”, interpeló Sergio Ticas, presidente de la Asociación Cafetalera de El Salvador (Acafesal).
“Yo le puedo asegurar que nadie ha vendido a esos precios en El Salvador”, añadió Ricardo Esmahan, presidente de la Asociación Salvadoreña de Beneficiadores y Exportadores de Café (Abecafé).
En la cotización del aromático pesa los maltrechos pronósticos de la producción de Brasil, el mayor productor mundial, que vaticinan una caída del 4.4 % en el ciclo 2024-2025. También influye el colapso de las cadenas logísticas mundiales, que han obligado a las navieras a buscar vías alternas mientras los puertos no dan abasto.
¿Por qué no beneficiará a los productores?
Tanto Acafesal como Abecafé coinciden en que los productores salvadoreños exportaron a otros precios, cuando la cotización se encontraba por debajo de la cota de $300.“La subida del precio es relativa, ya que muchos o la mayoría vendieron a otros precios”, añadió Esmahan, para quien clave de un beneficio tangible en los bolsillos de los productores dependerá de “cómo se comporte el mercado” y mantenga los valores.
Mientras la cotización continúa como cohete, los grandes compradores se han retirado de la mesa de negociación. “Nadie está comprando porque los precios están arriba, ni los tostadores de Estados Unidos y aquí, los compradores internos, antes de comprarle a usted, colocan el café afuera. Pero si no lo pueden colocar, cómo van a jugar con esos precios altos”, añadió el presidente de Acafesal.
Menor producción
“Cualquier diría: 'Estos caficultores se van a hacer millonarios'. Si supieran que la producción se nos vino abajo, algunos ni los costos de producción vamos a sacar”, sostuvo Ticas.Para la Acafesal, la cosecha 2024-2025 se desplomaría hasta 35 %, en un escenario “conservador”, advirtió el líder gremial.
Abecafé registra una reducción del 4 % en la cosecha 2024-2025, con 456,904 quintales reportados en los beneficios hasta el 31 de enero pasado. Esto significa una reducción de 18,463 en relación a igual período del ciclo 2023-2024.
Entretanto, el Instituto Salvadoreño del Café (ISC) documenta una contracción en la producción del 19.2 %, tras reportes de los productores de 304,296 quintales a diciembre de 2024.
Después de un ciclo de bajos precios entre 2017 y 2020, la cotización del aromático comenzó a escalar sobre los $200. En los siguientes tres años osciló sobre los $100, pero desde abril de 2024 pisó el pedal de la velocidad y para finales del año pasado superó el umbral de los $300.
Sin embargo, los productores salvadoreños no vieron ganancias de esa “bonanza”. El ISC reporta que el ciclo 2023-2024 cerró en 582,681 quintales exportados, 56,066 quintales menos en relación a la cosecha 2023-2024, un decrecimiento del 8.7 %.