El estudio examina cómo el cambio climático afecta la agricultura y la seguridad alimentaria en El Salvador por su alto nivel de vulnerabilidad, ya que un 85 % de los cultivos son secanos, es decir, dependen exclusivamente de los patrones de precipitaciones, según el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN).
La investigación reseña que El Salvador ha sufrido 33 eventos climatológicos importantes entre 2000 y 2023, entre sequías, tormentas e inundaciones, que cada vez son más severos o devastadores debido a los altos índices de contaminación.
El estudio ofrece una evaluación sobre las pérdidas estimadas entre 2009 y 2023, que superan los $2,573.21 millones y representan un 7.56 % del producto interno bruto (PIB) estimado para el año pasado.
De esos, $590.57 millones (23 %) corresponden exclusivamente a pérdidas para el sector de granos básicos, principalmente cultivo de frijoles, maíz y sorgo. Esto representa un 37.7 % del PIB agrícola calculado para 2023, que ascendió a $1,566.57 millones.
“Esta pérdida en cultivos también ha empujado la dependencia de importaciones, afectando de forma negativa la seguridad alimentaria de la población y aumentando la vulnerabilidad de las personas en condiciones de precariedad”, indica el reporte.
En los 14 años analizados, ocurrieron 13 eventos climáticos extremos, de los cuales siete corresponden a sequías y el resto son tormentas, depresiones y huracanes.
Sin embargo, en algunos años hubo dos eventos climáticos opuestos, como en 2009 que se presentó una prolongada sequía que dejó pérdidas de $27 millones en maíz y frijoles en la primera cosecha. Luego, la tormenta tropical Ida azotó los cultivos de granos básicos y dejó daños similares.
Peso de la agricultura en la economía
Aunque el sector de agricultura, ganadería, silvicultura y pesca ha perdido peso en la economía -pasó de representar un 7 % del PIB en 2010 a 4.6 % en 2023- es clave para la seguridad alimentaria de los hogares salvadoreños que recae en más 360,000 pequeños productores de subsistencia.Estos productores cultivan en una superficie de 591,686 manzanas de las cuales un 63 % corresponde a maíz, un 11 % a frijol y un 15 % a sorgo o maicillo. Además, el sector genera 406,320 puestos de trabajo, equivalente al 14.3 % del empleo total de la economía salvadoreña.
La investigación señala que las “pérdidas económicas no solo se derivan de los daños directos causados por los fenómenos climáticos, sino también de la decisión de los agricultores de abstenerse de sembrar debido a la incertidumbre climática, lo que conduce a una menor producción nacional para satisfacer la demanda de estos alimentos”.
Entre 2008 y 2022 se estima que hubo una disminución del área cosechada para granos básicos de 67,058 manzanas. Según el informe, el sorgo mostró la mayor reducción de 37 %, seguido de frijoles con 17 %. El maíz, en tanto, aumentó el área de cultivo en 3 %.