El ingreso de vehículos eléctricos no despegó con el ímpetu que se esperaba por dos factores: los modelos no incluyen llanta de repuesto y el cobro del Impuesto al Valor Agregado (IVA).

“La principal barrera es el cobro del IVA”, indicó José Roberto Renderos, gerente regional de Nissan.
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La actual ley, aprobada en septiembre de 2020, exime el IVA a la importación de vehículos eléctricos o híbridos nuevos por 10 años. En 2022, los diputados aprobaron una reforma para exonerar también a las estaciones de recarga y flexibilizó las exigencias para las baterías, que pueden ser usadas y con hasta siete años de fabricación.

Sin embargo, los distribuidores de vehículos habían pedido que se eximiera también el cobro del IVA al consumidor final, que ha sido el “éxito en todos los países del mundo” que han logrado avanzar en la electromovilidad.

También ha frenado que la mayoría de modelos de los fabricantes de gran volumen no incorporan la llanta de refacción, como los vehículos de combustión. Sin embargo, el Reglamento General de Tránsito y Seguridad Vial establece que todos los automotores deben contar con un neumático de repuesto y su equipo necesario para cambiarlo.

El reglamento establece una multa de $11.43 para los vehículos que no porten la llanta de repuesto.

“Algunas marcas tienen blindaje, por ejemplo, no traen llanta de repuesto y algunas son más restrictivas que otras y dicen que, mientras a ley no le cambien ese apartado que sin llanta de repuesto no lo puede llevar, prefieren no liberar ningún modelo nuevo”, sostuvo Renderos.


¿Por qué no trae llanta de repuesto?

El fabricante francés de neumáticos Michelin explica en su página web que los vehículos eléctricos que los vehículos eléctricos requieren llantas con mayor rigidez y un fuerte agarre para mantener la sensación de maniobra, además de resistir una carga extra por la batería.

Renderos agregó que también algunos modelos traen la batería en el compartimiento que usualmente es para la llanta, por lo que los conductores deben reubicar los neumáticos.

El ejecutivo evaluó que la electromovilidad en la región centroamericana se ha estancado y no hubo un crecimiento “como todos esperábamos”. En Honduras aún no hay legislación para el sector, mientras que la crisis política en Nicaragua lastra la economía.

En el caso de El Salvador, “siento que, si la ley se modifica, quitan el IVA, ese va a ser un buen detonante, porque un carro de consumo masivo puede andar en $35,000 y si quitamos el IVA rondaría los $31,000. Se vuelve competitivo contra los segmentos que más venden en el país”, sostuvo.

Actualmente, los fabricantes incorporan el mantenimiento de los vehículos eléctricos, pero “nuestras preocupaciones es qué va a pasar con el usuario” que adquiere un modelo usado porque aún no hay mecánicos formados para este segmento.

La Escuela Especializada en Ingeniería (ITCA-Fepade) ha buscado a los distribuidores para incorporar en la oferta académica la formación de mecánicos certificados.

Actualmente se encuentran registrados ante el Viceministerio de Transporte (VMT) 383 vehículos eléctricos, entre carros y motocicletas, que representan apenas 0.02 % de los más de 1.8 millones de unidades que conforman el parque vehicular.