Las políticas impulsadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, han provocado un estancamiento en la venta de vehículos eléctricos (VE) en Norteamérica durante los primeros siete meses de 2025, reveló este miércoles la firma Rho Motion en su más reciente informe sobre el mercado automotriz global.

Entre enero y julio, Estados Unidos apenas logró vender 1 millón de unidades eléctricas, lo que representa un crecimiento de apenas 2 %, una cifra muy por debajo del promedio mundial.

En contraste, China comercializó 6.5 millones de vehículos eléctricos, un alza del 29 %, mientras Europa vendió 2.3 millones, un 30 % más. En el resto del mundo, el aumento fue del 42 %, con 0.9 millones de unidades.

Charles Lester, gerente de datos de Rho Motion, explicó que “las ventas globales de vehículos eléctricos superaron los 10.7 millones en los primeros siete meses de 2025, con un crecimiento robusto del 27 % frente al mismo periodo del año anterior”.

Sin embargo, advirtió que “el crecimiento en Norteamérica ha sido limitado en lo que va del año, con Estados Unidos enfrentando obstáculos regulatorios y Canadá mostrando una desaceleración en el ritmo de adopción”.

Lester prevé un repunte momentáneo antes de que entren en vigor nuevas restricciones en EE.UU. a finales de septiembre, cuando la Administración Trump eliminará oficialmente los créditos fiscales para la compra de eléctricos.

“Ese incremento será seguido de una probable caída en la demanda”, sostuvo.

El 20 de enero, el presidente Trump firmó una serie de decretos que cancelaron todas las ayudas federales para el desarrollo de tecnologías limpias y eliminaron los programas climáticos implementados durante el gobierno de Joe Biden (2021-2025). También derogó incentivos para la instalación de estaciones de carga a nivel nacional.

Una de las medidas más criticadas ha sido la supresión del crédito fiscal de $7,500 por vehículo eléctrico adquirido, que dejará de estar vigente el 30 de septiembre. Esto supone un incremento directo en el precio final de cada auto eléctrico.

Frente a este panorama, los principales fabricantes automotrices han comenzado a paralizar o aplazar sus inversiones en movilidad eléctrica. En cambio, están reforzando la producción de vehículos con motores de combustión interna, ante un contexto regulatorio menos favorable para las tecnologías limpias en Estados Unidos.