En octubre pasado los precios de la economía salvadoreña cayeron, un proceso conocido como deflación que El Salvador no había experimentado desde diciembre de 2020. Dos economistas consultados por Diario El Mundo explicaron que este fenómeno no es positivo, pero, de momento, responde más a un ajuste después de una escalada de aumentos en los últimos tres años.

El Banco Central de Reserva (BCR) reporta que octubre cerró con -0.07 % después de que en septiembre reportó una inflación de 0.58 %. La economía salvadoreña no reportaba deflación desde diciembre de 2020, el año de la gran crisis por la pandemia de covid-19, cuando tuvo una tasa de -0.09 %.
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A diferencia de la inflación, en la deflación hay una caída general de precios en la economía. De los 12 sectores que conforman el Índice de Precios al Consumidor (IPC), cinco se encuentran en deflación, donde sobresale alimentos y bebidas no alcohólicas, con -0.34 %, por ser altamente sensible al bolsillo de los salvadoreños.


¿Es buena para la economía?

Inicialmente la deflación se interpreta como positiva por la caída de precios, pero “no es una cosa buena”, advirtió Carlos Acevedo, expresidente del Banco Central de Reserva (BCR).

“Indica que no hay capacidad de demanda efectiva, en otras palabras, la gente no tiene dinero y los precios bajan. Es un reflejo de la mala salud de la economía”, indicó el economista.

Rommel Rodríguez, coordinador del Área de Macroeconomía de la Fundación Nacional para el Desarrollo, explicó que la deflación es un ajuste que se origina cuando hay un exceso de liquidez o demanda por parte de los agentes económicos, que deriva en un aumento alto de los precios (inflación).

Cuando esa demanda se retira, los precios comienzan a caer de manera gradual y la inflación crece a una menor tasa, hasta caer en negativo. “Es un tema de cuidado”, advirtió Rodríguez.

“La deflación es una mala señal. Los consumidores pueden estar contentos de que las cosas están más baratas, pero el hecho de que estén más baratas significa que la mayoría de la gente no tiene dinero. Se genera un círculo perverso de depresión y desaceleración económica. Eventualmente, la gente que se alegra de que hay deflación es la gente que va a terminar perdiendo su empleo”.
Carlos Acevedo, economista y expresidente del BCR


Aún no es nocivo para la economía salvadoreña

Al poner la lupa sobre la economía salvadoreña, en los últimos cuatro años hubo tasas inflacionarias altas, que pasaron de rangos por debajo del 1 % en 2020 a picos de hasta 7.76 % a mediados de 2022.

Con el cierre de la economía por los confinamientos en 2020, colapsaron las cadenas logísticas mundiales por la sobredemanda de las grandes economías. En 2022, a la camándula de problemas se sumó la invasión rusa en Ucrania, que disparó la cotización del petróleo y los cereales. Como consecuencia, los precios se dispararon y se sintieron más en el rubro de alimentos.

Después del récord en 2022, la economía salvadoreña entró en una etapa de desaceleramiento, es decir, la inflación seguía subiendo, pero a tasas menos agresivas. Por lo tanto, aseguró Acevedo, la deflación de octubre responde a “cierto ajuste a la baja”.

“Una deflación no es tan preocupante en un entorno como el que venimos, de inflación alta, que, si estuviéramos en un entorno normal”, indicó el economista, al mismo tiempo que consideró que la tasa “es muy baja” para que sea una señal de alarma.


¿Cuándo podría ser alarma?

Tanto Acevedo como Rodríguez concordaron que las alarmas se activarían si la deflación se mantiene por varios meses y se profundiza la magnitud, en el rango de -2 % o -3 %.

El economista de Funde señaló que es normal que una economía experimente deflación una o dos veces en el año, pero si se mantiene durante varios meses las “personas que se dedican a producir un bien ya no encuentran un incentivo porque (...) tendrían que vender por debajo del precio”.

“No me alarmaría por uno o dos meses consecutivos, pero sí me llamaría mucho la atención si mantiene esto y, sobre todo, si se mantiene en diciembre, que es un mes donde naturalmente tiene que existir un exceso de demanda y entonces ya no debería de mantenerse. Si se mantiene más tiempo, es un indicador muy delicado de que puede haber una desaceleración de la economía”.
Rommel Rodríguez, economista de Funde


Acevedo citó que el Banco Mundial anticipa que la economía mundial transite en los próximos dos años por un proceso de reducción de precios en petróleo y alimentos.