La Reserva Federal (Fed, banco central) tiene un doble mandato del Congreso para actuar de manera independiente para combatir tanto la inflación como el desempleo, principalmente subiendo y bajando las tasas de interés.
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"El presidente debería al menos tener voz y voto", dijo el propio Trump.
"Creo que tengo mejores instintos que, en muchos casos, la gente que se sienta en la Reserva Federal, o que el presidente", afirmó el 8 de agosto.
Para garantizar la estabilidad de los precios y el pleno empleo, la Fed sube y baja las tasas de interés según evoluciona la economía estadounidense. Y se empeña en mantenerse al margen de la política.
Permitir que "los políticos, cuyo horizonte sólo se extiende hasta las próximas elecciones, opinen sobre la política monetaria (...), genera inflación e inestabilidad económica", subrayó Don Kohn, antiguo vicepresidente de la Fed, en un artículo publicado en The New York Times a mediados de octubre.
Durante su primer mandato, Trump insultó regularmente a los responsables de la Fed cuando los tipos no bajaban lo suficientemente rápido para su gusto.
En una furiosa publicación en Twitter, llegó a preguntarse si el presidente de la Fed, Jerome Powell -a quien él mismo había nombrado-, no era "peor enemigo" que el presidente chino, Xi Jinping.
"Esto fue visto como una comunicación muy hostil", dijo a la AFP David Wilcox, economista del Peterson Institute for International Economics y director de investigación económica en Estados Unidos para Bloomberg.
- Enfoque "convencional" -
Incluso antes de su reelección, el multimillonario republicano había insinuado que podría anticipar el final del mandato de Powell al frente de la Fed, en mayo de 2026, y apartarle del cargo -su mandato por separado como gobernador dura hasta 2028-. Luego cambió de opinión.
¿Dimitir antes? "No", dijo Powell en una rueda de prensa el jueves. Además, añadió que despedir a cualquiera de los siete gobernadores de la Fed "no está permitido por la ley".
"Hay reglas y leyes y la Fed se protege de esta influencia política", señaló Kathy Bostjancic, economista jefe de la aseguradora Nationwide.
Pero dada la "influencia desmesurada" del presidente de la Fed, el próximo, que será elegido por Trump, "podría cambiar la dinámica y la independencia de la política monetaria", opinó.
"La forma más convencional en la que (Donald Trump) podría influir en la política de la Reserva Federal" sería utilizar su poder para nombrar nuevos gobernadores, cuando los mandatos de 14 años lleguen a su fin, coincide Wilcox.
"La preocupación es que pueda ir más allá", comentó. La primera vacante se producirá en enero de 2026.
"Trump tendrá la posibilidad de nombrar para este puesto vacante a la persona que desee" para dirigir la Fed, indicó Steve Englander, economista de Standard Chartered y antiguo miembro de la Fed de Nueva York.
- Garantías -
Sin embargo, los nombramientos deben ser confirmados a continuación por el Senado.
Ello ofrece ciertas garantías, subraya Englander: "No se puede sacar un nombre de la galera y trasladarlo al Senado, luego sacarlo del Comité y al día siguiente confirmarlo. (Los senadores) "se toman muy en serio su papel".
Los mercados también desempeñan un papel, destacó. "No se puede hacer un nombramiento a 180 grados de la corriente dominante", porque "el mercado de bonos rechazaría inmediatamente la idea. El mercado de bonos es una salvaguarda", explicó.
Además, apuntó Bostjancic, aunque los nombramientos fueran políticos, "seguiría habiendo un gran número de gobernadores de la Fed y presidentes regionales que no serían nombrados por el presidente Trump".
Sin embargo, la posibilidad de un "presidente en la sombra" para la Fed ha sido puesta sobre la mesa por Scott Bessent, un amigo íntimo de Trump que está siendo considerado para convertirse en su secretario del Tesoro, según un artículo de Forbes publicado el 15 de octubre.
La revista indicó que Trump no ha comentado esta idea.