En el primer semestre de 2024, el Puerto de La Unión Centroamericana (PLU) solo atendió 10 barcos, según la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA).

De estos, ocho corresponden a barcos pesqueros y dos se clasifican como “otros”. CEPA documenta que mayo tuvo la mayor actividad en el puerto, con la atención de cinco buques, seguido de junio, con tres.
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En enero se atendió solo un buque, al igual que en abril. En febrero y marzo simplemente no hubo registro de actividad.

Inaugurada en diciembre de 2008, la terminal marítima ha sido un dolor de cabeza porque nunca operó a su máximo potencial debido a la sedimentación en el canal de acceso que obstaculiza el ingreso de contenedores.

El mantenimiento de la terminal es pasivo, pues su actividad no genera suficientes ingresos para cubrir los costos, ni para pagar el préstamo de $101.3 millones que otorgó la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA) para completar los $180 millones que costó su construcción.

El proyecto creó expectativas pues se planteó como una terminal para grandes contenedores, pero en los 14 años de operaciones solo registró el ingreso de este tipo de naves en 2010, 2011 y 2012, mientras que desde 2013 quedó relegado más a la actividad de pesca de la zona.

Desde 2010 hasta junio de 2024, se han atendido 356 buques, de los cuales un 57 % corresponde a pesqueros. El resto se distribuye en un 19 % de containeros (mercancía en contenedores) y un 10 % graneleros, además de recibir tanqueros, cruceros y ferri (con Costa Rica).

En un nuevo intento por activar la terminal, el gobierno salvadoreño anunció que el grupo turco Yilport Holding invertirá $1,615 millones como parte de un acuerdo de concesión para operar por 50 años el puerto de Acajutla y La Unión.


PLU: construido para ser grande, pero nunca creció

Los últimos tres gobiernos -incluyendo el primer quinquenio de Nayib Bukele- hicieron varios estudios para buscar un modelo de negocio que activara la terminal, pero no hubo frutos. La última licitación se declaró desierta en 2015 después de que ninguna de las empresas presentara una oferta, mientras que un proceso alistado en 2019 por la administración Salvador Sánchez Cerén no se publicó en medio de una controversia por el interés militar de China en las zonas extraportuarias.

La actividad más importante que registró el puerto fue el ferri entre El Salvador y Costa, pero solo duró cuatro meses -de agosto a diciembre de 2023- por la baja demanda para movilizar mercancías.

Uno estudio elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), publicado en 2021, planteó que la salida al puerto era un modelo de negocio basado en pesca y turismo, así como la construcción de un astillero en las zonas extraportuarias.

¿Cuál es el gran problema? Se construyó en un lugar inapropiado, al menos eso concluyó un estudio ordenado por CEPA en 2017 y elaborado por una empresa del régimen cubano.

Esa investigación señaló que el estudio de factibilidad determinó que el puerto debía construirse al interior de la bahía de La Unión o en la zona de Cutuco, ya que la costa donde finalmente se instaló hay mucho flujo y velocidad de agua que genera sedimentación.

Acajutla, por su parte, tiene un legado histórico porque su ubicación fue estratégica desde la colonización. CEPA registra que solo en junio se atendieron 28 buques, 2.8 veces más que su hermano en La Unión.

El puerto es la principal terminal marítima para las exportaciones y las importaciones, además de tener la megaplanta de gas natural licuado (GNL) de Energía del Pacífico (EDP).